España teme el halo nefasto de los cuartos. Pero el maleficio real está hoy en los debuts. En 15 participaciones de la selección en las Copas del Mundo, La Roja sólo ha logrado la victoria en su primer partido en cuatro ocasiones: 1934, 1950, 2002 y 2006. A partir de ahí, España ha cosechado el mismo número de empates -1982, 1990, 1994 y 2018- y siete derrotas: 1962, 1966, 1978, 1986, 1998, 2010 y 2014.

La racha actual no es buena. España no gana en el inicio desde el Mundial de 2006, en Alemania, cuando Fernando Torres y David Villa maravillaron al planeta con un espléndido 4-0 sobre la Ucrania de Shevchenko. Desde entonces, el equipo patrio hincó la rodilla con Suiza (0-1), en Sudáfrica, siendo esta la primera vez que una selección que perdía el debut posteriormente se erigía como campeona. Y en 2014, en Brasil, de forma dolorosísima contra Holanda (1-5). A esta sucesión de malos resultados se añade el empate del viernes contra Portugal (3-3).

Sin embargo, hubo un precedente peor. La victoria en Corea y Japón, en 2002, cuando la España de Fernando Hierro, como central, venció a Eslovenia (3-1) y cortó una racha de medio siglo: desde Brasil 1950, la selección no empezaba ganando. En el país carioca, la Roja se impuso a Estados Unidos (3-1).

Pero desde ahí, perdió en Chile 1962, contra Checoeslovaquia (1-0); en Inglaterra 66, con Argentina (2-1); en Argentina 1978, contra Austria (2-1). Empató con Honduras (1-1) en 1982; volvió a palmar en México 86, con Brasil (1-0); empató con Uruguay y Corea del Sur en Italia 90 y en EEUU 94; y volvió a perder otra vez con Nigeria en Francia 98 (2-3). Eso sí, hay un dato positivo: siempre que España empató, hasta el momento logró pasar de ronda.