Diego Costa sorprendió en 2103 a Brasil, su país natal, al dar el sí a Vicente del Bosque para pasar a formar en las filas de la Roja, cuando ya había jugado dos amistosos con la Canarinha. Sin embargo, no es ni mucho menos un caso aislado. Son muchos los futbolistas que son "reclutados" por el país en el que juegan para formar parte del combinado nacional y en el Mundial de Rusia no podían faltar aquellos que defienden la camiseta de un país diferente al que le vio nacer.

Costa lleva veinte partidos oficiales con la selección española, pero el delantero, por su trayectoria, bien podía formar parte de un once ideal de los nacionalizados que no hay que perder de vista en este Mundial. En la delantera de ese equipo le acompañarían Keita Baldé (Senegal) y Daniel Arzani (Australia); en el centro del campo, Amine Harit (Marruecos), Granit Xhaka (Suiza), Naïm Sliti (Túnez) y Raphaël Guerreiro (Portugal); en defensa, Kalidou Koulibaly (Senegal), Mehdi Benatia (Marruecos) y Leon Balogun (Nigeria) y en la portería Mouez Hassen (Túnez).

Diego Costa jugó el mundial de 2014 en las filas de la Roja y parece que erró en su apuesta, porque su país natal y el anfitrión del campeonato, Brasil, llegó hasta las semifiales, cuando España se quedó en la fase de grupos en todo un golpe de realidad para el país. Ahora, tendrá la oportunidad de quitarse la espina en Rusia.

El portero Mouez Hassen forma parte del cuarteto de futbolistas con doble nacionalidad "reclutado" por Túnez justo antes del Mundial con Ellyes Skhiri, Seïfeddine Khaoui y Yohan Benalouane. El portero, de 23 años, tiene difícil ser titular y su seleccionador le atribuyó una precisa misión en los dos primeros partidos de preparación: simular una lesión para permitir a sus compañeros romper el ayuno del Ramadán.

Dos zagueros de peso en la Serie A, el campeonato de referencia en esta materia, y un representante de la Bundesliga contratado por la Premier League pueden formar la defensa. Aunque Benatia (29 años) no es titular indiscutible en la Juventus de Turín, contrariamente a lo que sucede con Koulibaly (25 años) en Nápoles, el marroquí está considerado como uno de los mejores en su puesto en África. Por su parte, Balogum (29 años) ha completado seis temporadas en Alemania y firmó un contrato con el Brighton (Inglaterra) justo antes del inicio del Mundial.

El equipo de nacionalizados tendrá garantizada la velocidad, mucha técnica e impacto en el corazón del juego. Para animar las bandas, estaría el marroquí Amine Harit (20 años y del Schalke 04) y el portugués Raphaël Guerreiro (24 años y del Borussia Dortmund). Harit fue campeón de Europa sub 19 con Francia y fue el mejor 'rookie' de la Bundesliga, pero finalmente prefirió incorporarse a Marruecos. Una trayectoria similar a la de Guerreiro, ganador de la Eurocopa-2016 en detrimento de Francia, su país de nacimiento.

Granit Xhaka se convirtió en el jugador suizo más caro del mundo con su traspaso de 40 millones de euros al Arsenal en 2016, aunque el centrocampista podría haber jugado como su hermano Taulant con la selección de Albania. Por otro lado, Naïm Sliti nació en Francia, pero será el encargado de hacer olvidar la baja de Youssef Msakni, eje de Túnez.

El extremo senegalés Keita Baldé habría podido ser compañero de Costa en España. Pero el jugador formado en el Barcelona, optó en este caso por la nacionalidad deportiva de su país de origen, donde se convirtió en titular indiscutible. Daniel Arzani, joven centrocampista australiano nacido en Irán en enero de 1999, le ha quitado al francés Mbappé el privilegio de ser el jugador más joven del Mundial que se disputará en Rusia.