Alejandro Blanco (Orense, 67 años) es el presidente del Comité Olímpico Español (COE) desde el año 2005. El gallego tiene claro que Madrid debe acoger en un futuro unos JJOO y habla de una de las lacras del deporte, el dopaje, y de su amigo, Ángel María Villar.

- A dos años de los Juegos Olímpicos de Tokio y por los resultados que se están dando, ¿qué resultado se puede esperar de la delegación española?

-Es pronto para vislumbrarlo. Aún se están gestionando las clasificaciones y hasta que el equipo no esté compuesto es complicado de dilucidar. No obstante, por los resultados que se ven todos los fines de semana, no cabe la menor duda de que el deporte español está en un buen momento.

- ¿Hay forma de superar las 22 medallas de Barcelona 92?

-Sí, perfectamente. En Río de Janeiro logramos 17 medallas, siete de ellas de oro. Pero también cosechamos muchos cuartos y quintos puestos. Me parece más difícil superar el número de oros que el cómputo de medallas globales de Barcelona 92.

- ¿Habrá unos nuevos Juegos Olímpicos en España?

-Es un sueño que no debemos abandonar. Por el nivel del deporte de aquí, España tiene que volver a organizar unos nuevos Juegos y Madrid tiene que ser la ciudad. Para la candidatura de 2020 no nos dieron los votos, pero sí la razón en cómo se tienen que hacer unos Juegos Olímpicos. Dentro de la derrota, fue una satisfacción.

- ¿Y cómo se deben de hacer?

-Pues adecuando los Juegos a la ciudad y no la ciudad a los Juegos. Hay una realidad social y económica que no se puede escatimar. Cuando perdimos la votación en septiembre de 2013, posteriormente en la agenda de 2020 se reconocieron todos nuestros postulados. La gente quiere deporte, los Juegos son el evento organizativo a nivel deportivo con más repercusión. Pero no se pueden perder los papeles y hacer construcciones faraónicas a las que no se les puede dar salida. En esa idea, Madrid es la ciudad que mejor encaja.

- ¿Se están recuperando patrocinadores privados que decidan invertir otra vez en deporte?

-Sí, hubo un periodo de contracción. El deporte a día de hoy no se puede entender sin las ayudas de grupos privados, que apoyen a grandes deportistas.

- ¿Y qué sucede con los pequeños, con los que no son Rafa Nadal?

-También hay apoyo para ellos, es vital. La UCAM de Murcia ofrece becas y estudios a 3.000 jóvenes deportistas, menores de 23 años. La Fundación Trinidad Alfonso, de Valencia también presta ayudas y es una gran organizadora de eventos deportivos. Y Telefónica tiene el proyecto "Podium". Esas ayudas son fundamentales para que el deporte español siga siendo un éxito.

- ¿Le gusta Rubiales como presidente de la Federación Española de Fútbol o hubiera preferido a Larrea?

-No me puedo decantar con nadie. Con Rubiales tengo una buena relación. Está preparado para hacer un gran trabajo. Será un gran presidente de la RFEF.

- Usted es buen amigo de Villar. ¿Le sorprende todo lo que ha sucedido con él?

-Voy a seguir siendo amigo de Villar toda la vida. Hay una serie de cosas que están en los tribunales y cuando se resuelvan veremos a ver qué sucede. Eso sí, yo no voy a dejar de ser amigo de quien lo soy.

- El doping es gran lacra del deporte. Ahora acusan al equipo de Atlanta 96 de haberse dopado. ¿Qué opinión le merece?

-Hay que luchar contra el dopaje, estrechar el cerco a los que hacen trampas y endurecer las penas, pero también esclarecer los hechos. Esto es una denuncia de una persona concreta, debe tener los medios para poder demostrar algo que sucedió en el año 1996. Las denuncias gratuitas lo único que hacen es generar mal ambiente.

- ¿Cuál es su relación con José Ramón Lete, el presidente del Consejo Superior de Deportes?

-Extraordinaria, como lo era con Miguel Cardenal. Tuvimos una diferencia de criterios, pero la relación con el gobierno siempre ha sido extraordinaria.