El británico Chris Froome triunfó ayer en la decimonovena etapa del Giro de Italia, de 185 kilómetros, entre Venaria y Bardonecchia, y se enfundó la 'maglia' rosa de líder de la clasificación general. Froome, tras ganar la semana pasada en el Zoncolan, dominó la antepenúltima etapa tras atacar a 82 kilómetros de la línea de meta y llegó primero por delante del ecuatoriano Richard Carapaz (Movistar) y del francés Thibaut Pinot (FDJ).
El británico Simon Yates, que encaraba esta etapa como líder de la general, se hundió en la subida al Colle delle Finestre y acumuló un retraso respecto a Froome que roza los 30 minutos. La etapa reina del Giro de Italia de este año cambió radicalmente los equilibrios de la carrera, que tiene ahora a Froome como líder, con 40 segundos de margen sobre el holandés Tom Dumoulin (Sunweb).
La etapa de este viernes suponía una momento determinante para Simon Yates, y el británico pagó el desgaste de energías realizado en las últimas semanas.
No faltó la escapada inicial, con un grupo de 22 corredores, entre ellos el español Luis León Sánchez y los colombianos Sergio Henao y John Atapuma, que se hicieron con una ventaja que rozaba los 50 segundos tras 60 kilómetros de carrera.
En la cabeza de la carrera, solo León Sánchez consiguió defender un buen margen hasta la Cima Coppi; allí, ante unas duras pendientes, que alcanzaban el 14 por ciento, también el español vio como el pelotón le alcanzaba. Los 18.5 kilómetros del Colle delle Finestre fueron fatales para Yates, que se quedó distanciado del grupo y que sufrió mucho para progresar mientras veía como Froome y Dumoulin seguían pedaleando con energía.
A unos 80 kilómetros de la línea de meta, Froome atacó en los últimos siete kilómetros de la subida al Colle delle Finestre, perseguido por Dumoulin y Pozzovivo. Con Yates hundido, se abrió una pelea entre Froome y Dumoulin por la "maglia rosa", con el holandés que pese a estar separado por más de dos minutos del británico, todavía contaba unos 40 segundos de ventaja en la clasificación general.
Froome dio muestra de una gran condición física y, tras tomar la iniciativa a falta de 82 kilómetros para el final, defendió su primera plaza también en la subida al Sestriere y nunca dio realmente opción a sus más directos perseguidores de alcanzarle.
En la última subida, al Jafferau, el británico mantuvo un margen de 3 minutos sobre un Dumoulin que lideraba un grupo formado también por Pinot, Miguel Ángel López y Richard Carapaz.
Froome cruzó en solitario la línea de meta, con 3 minutos de ventaja sobre Carapaz, que entró segundo, y con 3 minutos y 7 segundos sobre Pinot.
