El Delteco Gipuzkoa Basket y Divina Seguros Joventut convirtieron su partido de ayer en un acto de apoyo a la investigación y a la lucha contra la esclerosis múltiple, con la presencia del jugador toresano Asier De la Iglesia, afectado por esta enfermedad, en el quinteto inicial del GBC y otros actos reivindicativos previos al sufrido triunfo local. Asier de la Iglesia, de 35 años, enraizado en Toro, ex jugador del CB Zamora, y con un 90 por ciento menos de sensibilidad en pies y manos por una esclerosis múltiple que sufre desde hace seis años, debutó ayer como jugador del Delteco GBC en la máxima categoría del baloncesto español, la Liga Endesa, para concienciar y reclamar financiación en la investigación de esta enfermedad neurológica, que afecta cada año a unas 47.000 personas en España. De la Iglesia comenzó su carrera deportiva en su Guipúzcoa natal en clubes como Atlético San Sebastián o Iraurgi y, posteriormente, pasó por equipos del resto de España como el CAB Cartagena, el Castelló, el Estela o el CB Zamora, en Liga EBA, para regresar a Euskadi. Incluso jugó en LEB Plata con el Iraurgi y en EBA con el Aloña Mendi, hasta que en el año 2013 se le diagnosticó esclerosis múltiple. Una serie de brotes de la enfermedad le obligaron a parar e incluso, en un primer momento, pensó que no podría volver a jugar al baloncesto.

"El baloncesto era mi todo, y en ese momento ningún equipo me quería fichar porque creían que iba a estar mucho tiempo de baja y que iba a tener problemas con esta enfermedad, de la que ni siquiera yo tenía ni idea", explica De la Iglesia en una entrevista con Europa Press. Aunque su esclerosis múltiple está bastante controlada, Asier tiene problemas de vejiga, escasa sensibilidad en pies y manos, ve manchas negras en su ojo derecho y, en ocasiones, su pierna derecha no responde. Él, sin embargo, está feliz: "He perdido capacidades, es cierto, pero aún tengo otras muchas cosas. Mi ojo izquierdo funciona bien, hablo perfectamente, puedo vivir y competir. Todo el mundo tiene cosas para quejarse, pero yo soy feliz así".

Con ese "carácter proactivo y positivo", cuando se le diagnosticó la enfermedad se preocupó por conocer sus consecuencias, cómo sobrellevarla y, sobre todo, difundir entre la gente su experiencia con el objetivo de reclamar financiación en el desarrollo de fármacos, principalmente en las formas progresivas de la esclerosis múltiple, que son las más incapacitantes.