A la trigésimosegunda fue la vencida. En el palmarés del Premio Princesa de Asturias de los Deportes faltaba el montañismo y el jurado, ayer, cerró el olvido a lo grandes. Dos mitos del alpinismo, el italiano Reinhold Messner y el polaco Krzysztof Wielicki recibirán en octubre el galardón "por sus trayectorias deportivas insuperables y su contribución a la historia del alpinismo". Messner entró en la historia al convertirse en el primero en alcanzar la cumbre de los catorce "ochomiles". Wielicki, emblema de la famosa escuela polaca de los 80, fue el pionero que escaló tres "ochomiles" en invierno.

Para Juan Rionda, el reconocimiento a Messner se ha hecho esperar demasiado. El presidente de la Federación Asturiana presentó la candidatura en 2004, coincidiendo con el centenario de la primera ascensión al Picu Urriellu. "Messner es un revolucionario del himalayismo, del estilo alpino, sin oxígeno, ni sherpas, ni porteadores", destaca Rionda, que también valora "su difusión del amor a las montañas, respeto al medio ambiente, a la fauna y la flora. Irrepetible".

"Me llevé una decepción grande", añade Rionda sobre el desenlace de la edición de 2004, cuando la candidatura conjunta de Messner y Juan Oyarzábal, el primer español en completar los catorce "ochomiles", se quedó sin premio. El nombre de Messner volvió a sonar varias veces, hasta que ayer recibió el respaldo del jurado, por unanimidad, junto a Wielicki, una candidatura presentada por Pedro Miguel Echenique Landiríbar, premio "Príncipe de Asturias" de Investigación Científica y Técnica 1998.

Reinhold Messner (Funes, Bolzano, Italia, 1944) empezó en 1970, con el Nanga Parbat, su colección de "ochomiles", que completó en 1986 con el Lhotse. En su caso, más importante que el qué fue el cómo, ya que nadie se había atrevido a enfrentarse a esos colosos sin oxígeno artificial y sin acompañantes. "En aquella época se consideraba fisiológicamente imposible subir el Everest sin oxígeno", señala Jorge Egocheaga, el primer asturiano en seguir sus pasos.

Krzysztof Wielicki (Szklarka Przygodzicka, Polonia, 1950) fue el quinto en sumarse a la lista encabezada por Messner, pero su relevancia se debe a otro aspecto muy valorado en el mundo del montañismo: fue el primero que consiguió completar tres ascensiones invernales a cumbre de más de ocho mil metros: Everest (8.848 metros) en 1980 junto a Leszek Cichy;al Kangchenjunga (8.586) en 1986 con Jerzy Kukuczka; y al Lhotse (8.516) en 1988, en solitario. "También introdujo el concepto del alpinismo rápido y fue el primero en coronar un ochomil en menos de 24 horas desde el campo base hasta la cumbre", apunta Egocheaga.

Al margen de sus hazañas montañeras, Messner protagonizó travesías por la Antártida (1991-92), el desierto del Bhután del Takla Makán y Groenlandia (1993) y el desierto de Gobi (2004). Entre 1994 y 2004 fue diputado en el Parlamento Europeo por Los Verdes y ha escrito medio centenar de libros. Fundó la organización gubernamental Mountain Wilderners, dedicada a la conservación de los espacios naturales. Y con su fundación ayuda a los habitantes de las zonas montañosas de todo el mundo.

La última gesta de Wielicki es muy reciente, de febrero, y tiene que ver con su liderazgo y sensatez en el intento de completar con el K-2 las cumbres de "ochomiles" invernales. El polaco canceló la expedición para "garantizar la seguridad" de sus compañeros. Una razón más para que el jurado del "Princesa de Asturias" destacase en su acta, refiriéndose también a Messner: "Su labor social, humanitaria y de divulgación de los valores del alpinismo les ha convertido en un ejemplo para la Humanidad. Sus gestas permanecerán en la memoria de futuras generaciones".