Afrontaba el 'once' blanco la cita como una nueva oportunidad para seguir haciendo méritos en busca de protagonismo en la final de Liga de Campeones. A los trece minutos un saque de puerta de Navas lo capturó Modric. Se zafó con habilidad el croata y consiguió dibujar un excelente pase en profundidad hacia la carrera de Bale. Su velocidad le permitió plantarse solo ante Sergio y definir con un tiro raso. Fue un tanto con dedicatoria especial, ya que lo celebró llevándose el dedo a la boca como un guiño hacia Axel Charles, su tercer hijo que nació el pasado martes. El atacante asumió el lanzamiento de una falta y su potente impacto obligó a la intervención del guardameta. Era el anticipo del segundo de sus goles, uno de los más bonitos que ha marcado con el Real Madrid. Bale ganó a Jonny en la carrera e inventó un quiebro que desmontó al zaguero para acto seguido sorprender con un zapatazo que se coló por la parte alta de la portería.