Fue el epílogo del sueño. El final de un camino brillante que llevó al Ángel Óptico Varilux hasta la fase final del Campeonato de España, donde solo compiten los ocho mejores equipos del país. El juvenil femenino del Balonmano Zamora perdió con todos los honores ante el anfitrión, el Elgoibar (24-21), en un choque tremendamente igualado que solo se decidió al final, cuando la defensa vasca terminó por imponer su ley en un encuentro muy cerrado. La victoria del San Sebastián de los Reyes ante el Carballal dejó además sin opciones a las de Leo Álvarez, que hoy se miden a las madrileñas con el objetivo de cerrar con buen pie un año inolvidable de una generación quién sabe si irrepetible.

Ayer, la situación se torció tras el descanso, tras una primera mitad de dominio zamorano. En los primeros minutos, el Ángel Óptico Varilux manejó el partido amparado en su defensa y en una portería más que bien resguardada por Marina. La guardameta complementó el trabajo de la zaga con paradas de mérito y las zamoranas se dispararon en el marcador (3-7). El técnico del Elgoibar se vio obligado a solicitar un tiempo muerto que espoleó a las suyas, empezando por la compañera de Elba en la Selección Española, June Loidi, que entró en el partido (6-7).

A pesar de todo, el mando siguió en manos de las chicas de Leo Álvarez, que hicieron daño sobre todo desde la primera línea, con Elba e Isa como directoras de orquesta y Celia y Claudia en un papel más secundario, pero igualmente decisivo. Solo al final, las vascas se acercaron en el electrónico (11-12).

Sin embargo, el partido cambió a la vuelta de vestuarios. Tras el gol inicial de Elba, el Ángel Óptico Varilux pasó diez minutos sin anotar. Y las locales, claro, aprovecharon para darle la vuelta al marcador (15-13). La salida de Adriana, muy entonada también, suavizó la caída, pero la dinámica del encuentro iba inequívocamente en una dirección.

El arrojo de Isa estiró la emoción (20-19), pero las chicas de Leo Álvarez se bloquearon frente a un muro y tampoco tuvieron suerte con los árbitros. Hasta aquí llegó la aventura. El camino queda abierto para generaciones futuras de la cantera pistacho.