Carlos Garrote es ya, desde ayer, medalla de bronce en la categoría K-1 200 metros del pasado Campeonato de Europa tras confirmarse el positivo por dopaje de Bence Hovarth. El húngaro, segundo en aquella cita, ha sido oficialmente descalificado tras realizarse los contranálisis pertinentes que reafirmaron la aparición de EPO en su sangre. Un hecho irrefutabe que permite a Garrote ascender así a un podio que le correspondía por derecho.

La primera noticia del positivo de Hovarth la recibió Carlos Garrote el pasado febrero, en su cumpleaños, cuando la primera prueba de sangre de su rival húngaro superaba los niveles permitidos. Un positivo que, por otra parte, tendría su origen en los Jugos Olímpicos de 2016 donde la federación de su país decidió retirarle de equipo que presentó a esta cita por "un asunto de dopaje atípico". Problea que no evitó que continuara compitiendo el pasado año, volviendo a dar positivo en una prueba fuera de competición el pasado 12 de junio.

Con la confirmación del dopaje de Hovarth, al que se la ha impuesto una sanción de cuatro años sin competir, Garrote sube a un podio que tuvo realmente cerca sobre las aguas en el pasado Campeonato de Europa. El zamorano se quedó en aquella ocasión a tan solo 677 milésimas del primer puesto ocupado por el británico Liam Heath, quien liderará ahora un podio cuyo segundo peldaño será para el serbio Dragosavljevic, tercero en aquella regata.

Alegría y justicia pues para Garrote que, pese a no poder festejar con una gran sonrisa y una medalla al cuello su último cumpleaños, recibirá el bronce que se había merecido.