Hace tan sólo unas semanas parecía imposible que el Aquimisa Queso Zamorano saliera airoso de un temible final de liga como en la temporada pasada, pero este equipo tiene esa extraña virtud de protagonizar finales de Liga al más alto nivel, como está volviendo a ocurrir este año.

El cálculo de probabilidades para mantenerse vivo pasaba ineludiblemente por ganar ayer a Navarra, un rival temible, y al tiempo que Martorell, ya descendido, derrotase al Baskonia que no puede ganar ningún partido de los que quedan para que los zamoranos se salven. Y lo que tenía que pasar, pasó. Primero, Martorell cumplió con su obligación de ganar, y el Aquimisa Queso Zamorano, con las suya de prolongar la asombrosa racha victorioso que está volviendo a repetir este año.

Saulo Hernández ha logrado que su equipo llegue a las postrimerías de la Liga en un magnífico estado de forma, que ayer le sirvió para mantener un altísimo nivel hasta el último cuarto e impedir que el Navarra terminase por imponer la calidad que atesora en su plantilla.

Este CB Zamora es otro bien distinto al de la primera parte de la temporada, ya no sufre aquellos altibajos que convertían sus partidos en verdaderas montañas rusas que siempre terminaban en derrota. Ahora los zamoranos son capaces de mantener la cohesión durante gran parte de los partidos y se han convertido en un rival complicadísimo hasta para un rival como el Navarra que ya está clasificado para el play off.

Pero no por ello los navarros vinieron a Zamora a cubrir el expediente o a reservarse para la fase de ascenso. Y lo demostraron desde los primeros minutos cuando ya tomó la delantera en el marcador hasta alcanzar una ventaja de 16-8 tras sendos triples de Adrián Méndez y Xavi Hernández. Navarra no concedía la más mínima ventaja al CB Zamora hasta el punto de que a los tres minutos del segundo periodo ya tomaba la delantera que mantuvo hasta el descanso cuando el Aquimisa, con tres triples lograba igualar a 40.

Los jugadores zamoranos conocieron en los vestuarios la derrota de Baskonia que les mantenía vivos, y la noticia supuso un enorme empujón en su moral, hasta el punto de que, nada más reanudarse el juego, retomaron la delantera y ya no la perderían.

Se cerraba el tercer cuarto con 61-55 y el Aquimisa era ya imparable en el cuarto definitivo en el que llegó a situarse con 70-58 tras un 2+1 de Stefan Asanin. Navarra no arrojó, ni siquiera entonces la toalla y se acercaba a 73-68 a falta todavía de cinco minutos para el final. Mantuvo la calma el equipo de Saulo Hernández que afrontó un emocionante último minuto con 81-76 pero no cometió errores y la novena victoria se quedó en casa.