A Marta Fanjul, que ahora está con Quini

Neymar ya no es jugador del Barça. Lo digo porque la noticia no es la victoria del Barça en Málaga, ni los brotes verdes en el juego de Dembélé, ni el florecimiento de Coutinho, ni la solidez defensiva de un equipo excelso en ataque, ni la ya habitual desidia con la que se contempla el irrepetible juego de Busquets, ni el número de goles que fabrica Jordi Alba, ni siquiera la ausencia de Messi por el nacimiento de su tercer hijo. Resulta que la noticia es Neymar. Que si se arrepiente de haber abandonado el Barça para fichar por ese engendro mecánico llamado PSG, que si se fugará al Madrid la temporada que viene, que si los dueños del PSG están enfadaditos con el jugador brasileño y le obligarán a seguir en París ganando ligas francesas y haciendo el ridículo en la Liga de Campeones? Bueno, no sé por qué Neymar se fue del Barça, pero estoy seguro de que Neymar no quiso encontrar en París lo que los pintores Gauguin y Delacroix buscaron en Haití y en Marruecos. Ese Haití y ese Marruecos idealizados por Gauguin y Delacroix eran, son, el Barça de Messi. ¿Por qué buscar fuera lo que ya se tiene en casa?

Tendríamos que hablar menos de Neymar y más de Haití. Hablar menos de lo que significa Neymar como destrucción de lo poco que quedaba del fútbol que surgió del barro y más de Marruecos. Y, de paso, creo que tendríamos que hablar un poco más de la Liga. Desde que el Barça decidió tomarse en serio el campeonato de Liga y jugar cada partido con las ganas y la fuerza que se merece, parece que ganar partidos de Liga es una cuestión menor con la que otros equipos han decidido no mancharse. Y es raro. Cuando son otros equipos los que ganan la Liga, todo son elogios y apostillas al nombre de la rosa victoriosa. Pero cuando el Barça es líder y no hay forma de que pierda un partido, todos se ponen de acuerdo para negar a la Liga española el pan, la sal, la ética, la estética y la épica. Pues bueno. ¿El Barça gana en Málaga? No importa. Al diablo con Haití y con Marruecos. Hablemos de París. Del ser o no ser de Neymar. De cómo todo lo que hacen las grandes estrellas del fútbol (menos Messi) tiene que ver con su inevitable destino madridista. Hablemos de lo que sea con tal de conseguir que bostecemos con el gol de tacón de Coutinho. Bah.

Por cierto, el Barça juega esta semana contra el Chelsea. Y el Chelsea no es el PSG. Haití y Marruecos también existen.