Hay una costumbre muy española que es la siesta, el "pigazu" en ese bable que ahora nos quieren hacer cooficial con la poca gente que lo habla. Aunque dormir la siesta sea una cuestión hasta buena para la salud, el hecho de hacerlo entre las nueve y las diez de la noche desafía claramente las leyes no escritas de lo más exportable que ha tenido España en muchos años.

Y como no es nada recomendable, ayer el Real Madrid se pegó un "pigazu" de casi una hora contra el Real Betis que casi le cuesta el partido a los jugadores, la poca sonrisa que le quedaba a Florentino Pérez tras ver como los chicos del basket perdían la final de la Copa ante el Barcelona con escándalo y la salud a millones de madridistas que penamos semana a semana con lo poco que ofrecen Cristiano y sus muchachos en los partidos de Liga y Copa.

El encuentro contra el Betis es un ejemplo más de que los jugadores el Real Madrid sólo ganan cuando quieren, cuando están por la labor, cuando les da la gana, cuando no se están mirando al espejo o cuando no hacen taconcitos. Ganan cuando deciden que jugar al fútbol es jugar desde lo horizontal a lo vertical y desde la pausa al vértigo pero siempre con el objetivo de marcar gol ¿A que parece lógico? Pues no, a veces con estos chicos la lógica y el sentido común se funden a negro. Porque sin ese objetivo de intentar marcar en cada ataque, el otro equipo, en este caso el Betis del gran Joaquín, te va arrinconando en tu campo hasta que ocurre lo inevitable, que te marcan un gol. En este caso fueron dos.

Así tras dar las 10 de la noche o quizás unos minutos antes, el Madrid despertó del "pigazu", levantó la cabeza, tuvo noción del ridículo hecho hasta el momento y se acordó de las reglas del fútbol. Subió la presión y metió tres goles y, más o menos, sentenció un partido que ya tenía que haber finiquitado a los 15 minutos de la primera parte si no hubiera sido por la concatenación de bostezos de los jugadores y el posterior "pigazu" nocturno.

Para terminar, ayer marcó Karim Benzemá. Albricias. Es sabido el gusto que desde esta columna se tiene sobre el del delantero francés. Con el de anoche, tres goles en lo que va de Liga. Algunos comentaristas, como hizo ayer el trío del Plus, ensalzarán el toque y la resolución y no podremos negar que lo hizo bien. El problema son los 300 fallos anteriores.