El FC Barcelona Lassa se cargó (74-87) al anfitrión Herbalife Gran Canaria para volver tres años después a la final de la Copa del Rey, precisamente de nuevo en Las Palmas y bajo los efectos de Svetislav Pesic, capaz de devolver confianza y juego a los azulgrana para repetir una sólida actuación que le cita con el Real Madrid. La resurrección culé es un hecho, a falta de culminar o al menos mantener la línea en la final ante el eterno rival. Pesic, con apenas una semana al frente del equipo, ha resucitado la capacidad de liderazgo y acierto a Thomas Heurtel (13 puntos, 14 asistencias y 24 valoración) y Pau Ribas, la agresividad en Pierre Oriola y Adam Hanga y la confianza a Ante Tomic y Víctor Claver. Como ante Baskonia, el Barça gozó de ritmo, incluso de lujos, para someter a un Gran Canaria que no tiró la toalla. Los de Luis Casimiro tomaron carrerilla en el segundo cuarto con 17 puntos de Marcus Eriksson, pero no se sumó el resto de la artillería amarilla. El tercer cuarto condenó a los canarios (13-27), sin encontrar respuesta entrando ya al tramo final 14 puntos abajo (56-70). El repertorio arrollador de Herbalife en cuartos ante el 'Fuenla' no apareció ante los recursos azulgranas, sin apenas puntos de Seeley, Balvin ni Radicevic. Con el colchón a favor, el Barça enfiló cómodo el camino hacia la final copera, tres años después de caer en Las Palmas ante el Real Madrid. Un triple de Brussino con algo más de cinco minutos por delante acercó a los de Casimiro (65-72), incapaces de evitar el maleficio del anfitrión, que solo respetó a CAI Zaragoza (1984) y Baskonia (2002). El cambio de tercio culé vale de momento una final, que puede cortar cuatro años de sequía.