Gran Canaria, Europa Press

El Real Madrid no falló a su cita con la quinta final de Copa del Rey seguida al batir (59-77) ayer al Iberostar Tenerife en el Gran Canaria Arena, un digno rival que plantó cara al campeón hasta entrada la segunda parte, donde Trey Thompkins y Luka Doncic terminaron con el sueño canario.

Los de Pablo Laso de nuevo fueron de menos a más. Después de sacar el billete a semifinales "in extremis" ante Unicaja, esta vez el defensor del título despertó antes. El cuadro tinerfeño tuteó a los blancos con un agresiva defensa y las torres Fran Vázquez (16 puntos) y Mike Tobey (14), pero tras el descanso el Madrid creció para evitar el susto.

La puesta en escena de un novato en estas lides no pudo ser mejor. El Iberostar dejó en 11 puntos al campeón y solo la falta de acierto le impidió sacar mejor renta tras 10 minutos (19-11). Los de Katsikaris supieron mover al Madrid para sacar a Tavares de sus dominios y encontrar la puerta abierta a puntos en zona. Una ayuda a Tobey en su lucha de gigantes con el caboverdiano que aprovechó el pilar canario (8 puntos y cuatro rebotes).

El cuadro aurinegro cerró su rebote también y no regaló nada. El Madrid fue a trompicones hasta justo antes del descanso, gracias a siete puntos seguidos de Carroll en el último minuto (38-37). Así maquilló un mal arranque el campeón, mientras Iberostar se mantenía al mando en las rotaciones bordando su histórica toma de contacto en una semifinal de Copa.

Ni la entrada de Doncic ni dos triples de Rudy despertaron al Madrid, jugando con fuego de nuevo. Por contra, el equipo de La Laguna tenía un plan y parecía cumplirlo a la perfección, con el pero de los triples. Sin embargo, la gasolina también comenzó a ser un problema.

Campazzo continuó en la reanudación el trabajo de Carroll y el Madrid apretó en defensa después de otra lección de Fran Vázquez. Los de Laso espabilaron debajo de los aros, con seis puntos de Thompkins y un par de buenas acciones defensivas que dieron al Madrid la mejor ventaja justo de cara al último cuarto (49-56). Un desenlace en el que el campeón no falló para certificar un nuevo billete a la final.