No pasaban de cien los aficionados que se acercaron ayer al Ruta de la Plata para presenciar el duelo entre Zamora CF y la selección de Castilla y León. Un choque amistoso que, en ocasiones, resultó tan gélido como la tarde en la capital del Duero. Una contienda de carácter amistoso que acabó con 1-2 en el marcador y buenas sensaciones por parte del equipo de Carlos Tornadijo.

Como suele ocurrir en este tipo de envites, hubo minutos para todos. Los rojiblancos no se jugaban nada y por ello, su técnico decidió repartir esfuerzos entre sus hombres. Oportunidad que algunos de los juveniles y los menos habituales aprovecharon. Por ejemplo Chechi, sobresaliente en su labor; o un Pablo Zotes que puso voluntad en el tramo final.

Inició el Zamora CF el duelo con más intensidad y saber estar que su rival. Tanto fue así que, en una de las primeras jugadas, la zaga de Castilla y León cometió un claro penalti que, dado el carácter amistoso del duelo, acabó por no señalarse.

Los rojiblancos llevaban la manija del duelo ante un combinado regional que no inquietaba y el protagonismo recaía, fundamentalmente, en Mario Sopale. Sus internadas fueron de lo más destacado por parte de los locales, aunque ni Iñaki ni César Simón acabaran de encontrar oportunidad para llevar el balón a las mallas.

Tras las primeras ocasiones locales pareció despertar Castilla y León, poniendo rumbo a la portería de Miguel que, sin demasiados apuros, solventaba las ocasiones que acontecían en su área. La contienda, con cambios constantes, se igualaba por minutos y el juego pasaba a focalizarse en el centro del campo.

El Zamora CF pasó entonces a centrarse en defender con criterio. En poner orden y tapar la salida de balón a una Castilla y León que, por momentos, se aplicaba con mayor intensidad y ganaba por ahínco muchos balones. Como el que dio lugar al 0-1, un robo de balón que puso en marcha una rápida contra por banda derecha en la que Zazu pisó área y asistió con un pase horizontal a Borrego para que este marcara a placer ante Miguel.

El gol ayudó a Castilla y León a imponerse territorialmente en los siguientes minutos frente a un Zamora CF algo más dubitativo que, sin embargo, tuvo un par de opciones claras para cerrar el primer acto con empate. En especial, una jugada por banda derecha entre Chechi y Sopale que César Simón remató con malicia pero que el meta del combinado regional desbarató con una prodigiosa parada.

Tras el descanso, la entrada de Carlos Ramos o Dani Hernández parecía que podría hacer recuperar mordiente al Zamora CF pero no fue así. Castilla y León siguió tan entonada como antes del receso y dominó sobre unos rojiblancos cuya línea de tres campos no encontraba a sus hombres en posiciones avanzadas. Además, los visitantes parecían más que cómodos ante el 4-4-2 de Tornadijo gracias a sus hombres entre líneas y una superioridad por banda que hacía inútil el derroche de energías por parte de Ortíz y Bueno. Así, no fue de extrañar que Castilla y León aumentara diferencias, de nuevo gracias a Borrego. En este caso, con un gran tanto en el que controló el esférico dentro del área para, antes de tocar el suelo, cruzar el cuero ante Berlana, que ya se había lucido en un par de tiros.

Con 0-2, Castilla y León no rebajó su voracidad pero el Zamora CF supo sacar provecho de la misma para buscar las cosquillas del combinado regional con buenos contragolpes, como la magistral jugada del 1-2. Un balón que partió desde la izquierda, pasó por Ramos, llegó a la derecha y culminó con gran frialdad y tino Silveira. Un tanto con el que se dio carpetazo a un amistoso cuyo saldo para Tornadijo puede no ser tan positivo como las impresiones que dejó su equipo sobre el campo, ya que Saúl acabó el choque lesionado con un pinchazo en el aductor.