El Quesos El Pastor dio ayer un importantísimo paso hacia la permamencia al derrotar al Campus Promete su directo rival por la salvación tras un partido en el que las zamoranas llevaron la iniciativa en el marcador casi siempre. Esta victoria permite al Zamarat distanciarse a una victoria de los puestos de descenso y anotarse el basket average particular con el Campus Promete.

Tal y como se había previsto, fue un partido de gran emoción en el que el control de los nervios y el acierto iban a resultar decisivos y así fue. Tras un primer cuarto equilibrado, el Quesos El Pastor tomó la iniciativa y mantuvo un altísimo ritmo tanto en defensa como en ataque gracias a sus rotaciones que cada vez son más efectivas por fin, como en ataque con un buen equilibrio entre las anotaciones en juego interior y los 7 triples firmados ya antes del descanso.

Lo que al comienzo de la liga era un equipo inseguro y que acusaba todas las carencias de una plantilla muy joven, se ha convertido poco a poco en un conjunto en el que se combinan las ganas y la ilusión con la experiencia de sus jugadoras y ayer tanto Ivezic como Gisela Vega Gisela Vegadieron lecciones de cómo hay que jugar un partido decisivo como era el de Logroño.

Tan sólo en el primer cuarto, el Campus Promete consiguió ligeras ventajas en el marcador anque nunca se fue más allá del 11-3 del minuto 3. El equipo riojano quiso depender demasiado de Vanessa Gidden y lo terminó por pagar muy caro porque además, sus porcentajes desde el perímetro, fueron desastrosos.

En el primer cuarto debutó con la camiseta naranja la senegalesa Maimouna Diarrá que evidenció una clara falta de adaptación y de ritmo de juego, pero también mostró datos positivos como una buena capacidad reboteadora, un acertado pase interior y, pese a su gran corpulencia, facilidad para correr el balance.

Pero ya al comienzo del segundo cuarto, la defensa zonal del Quesos El Pastor dio sus resultados porque el equipo de Logroño no tenía su día en el lanzamiento exterior y Butler hacía posible la primera ventaja zamorana con 19-21. Jelena Ivezic asumió entonces la responsabilidad en ataque y el Zamarat alcanzaba el descanso con un cómodo 32-36.

Tras el descanso, la ventaja visitante no paró de crecer y los nervios afectaron cada vez más a las riojanas que no encontraban un «cinco» competitivo pese a la profundidad de banquillo con que cuenta el equipo que dirigen Jorge Elorduy y Bea Pacheco. Así se sucedieron máximas ventajas zamoranas de 8 y 9 puntos aunque se cerraba el tercer parcial con 43-50 con las visitantes presionando arriba y cerrándose en una buena defensa zonal 2-3. Pero Campus Promete no estaba dispuesto a arrojar la toalla y lo intentó todo en el tramo final del partido en el que poco a poco fue recortando sus desventajas. Al Zamarat también comenzó a afectarle la presión de la enorme responsabilidad que asumía y los fallos comenzaron a sucederse en las filas zamoranas.

El Campus Promete, pese a acumular por aquel entonces un 3/23 en triples, se situó a solo dos puntos a falta de dos minutos (54-56) que fueron interminables con una larga sucesión de nervios, imprecisiones y fallos en los lanzamientos. Hasta que Gisela Vega recibía bajo el tablero y acertaba con el 54-58 que ya fue definitivo.

El entrenador del Quesos El Pastor, Eloy Doce señaló que «como se preveía, el partido iba a ser a cara de perro, intenso, entre dos equipos con muchas necesidades. Y se ha visto reflejado en el juego que se desarrolló con muchas imprecisiones y muchos nervios, sobre todo en la parte final». El técnico asturiano valoró que su equipo, salvo al principio, tuvo controlado «más o menos» el partido, «no con grandes ventajas pero sí manteniendo la iniciativa, muy disciplinadas con el plan que teníamos desde la confianza de ver que íbamos por delante en el marcador, nos hemos ido sientiendo más cómodas en la cancha. Pero preveíamos, como así fue, que los nervios en los dos equipos apareciesen al final. Esta vez, la suerte ha estado de nuestro lado y hemos sido capaces de sacar adelante un partido muy difícil».

Eloy Doce recalcaba, como ya dijo antes del partido que «no será una victoria decisiva pero en lo anímico va a producir un cambio en el equipo y nos va a beneficiar muchísimo». Algo fundamental fue el ritmo constante que mantuvo el Quesos El Pastor en todo momento: «Sólo hemos tenido dos lagunas: al inicio que, tal vez por restarle dramatismo al partido, hemos salido un poco frías; y al final. Hemos tenido treinta minutos a un nivel defensivo muy alto y nos ha faltado algo de acierto en el ataque, pero era lógico y ellas incluso lo acusaron más», explicó Doce.