Ya avisó Carlos Tornadijo de que no iba a ser un partido fácil, pero nadie podía pensar que iba a costar tanto un triunfo ante el penúltimo clasificado, siendo, además, el encuentro en el Ruta de la Plata. A pesar de todo, y de haber sufrido hasta el último instante, el equipo rojiblanco mostró fe y fue precisamente esa fe la que le permitió en el minuto 94 culminar la remontada y echar por tierra el buen trabajo de un rival que se adelantó en el primer cuarto de hora.

Con este marcador (2-1) el Zamora recorta distancias con su objetivo, la fase de ascenso, que ahora tiene a seis puntos y que marca La Bañeza y es que el Ávila se cayó ayer de los puestos de privilegio que siguen ocupando Unionistas, Salmantino y Atlético Astorga. Los rojiblancos, por tanto, escalan hasta la séptima posición y encadenan dos victorias consecutivas en la "era Tornadijo" aunque todavía, a tenor de los visto, queda mucho por trabajar.

En una tarde fría en la que se cerraba el año en el Ruta de la Plata, el Zamora CF no tuvo, ni mucho menos, un arranque arrollador. Los rojiblancos, sin demasiados cambios en sus filas salvo los obligados por lesión, vivieron unos primeros minutos de tanteo que se rompieron con un disparo lejano y desviado de Iñaki. A partir de ahí los locales sumaron metros y rondaron la portería rival, aunque sin disparos certeros, mientras que el Real Burgos sí tuvo cien por cien de efectividad en su primera aproximación. Se cumplía en minuto 15 y tras un robo en el centro del campo el balón llegaba al visitante Miguel, que avanzó metros y terminó por batir a Berlana de disparo cruzado para poner un desolador 0-1.

Por detrás en el marcador los de Tornadijo trataban de reaccionar y aprovechar sus opciones, pero esta vez, al contrario que hace quince días, no estaban sacando petróleo de las oportunidades que tuvieron a balón parado; lo más destacado dos faltas laterales que botó Levas sin consecuencias.

El Zamora estaba obligado a reaccionar y buscaba el gol pero no encontraba el camino ante unos burgaleses que sin hacer demasiado seguían por delante. Una internada de Javi Bueno, balones al área de Fer, que no encontraron rematador, o un disparo flojo y raso de Silveira estaba siendo lo más destacado en una primera media hora en la que la posesión y el dominio eran zamoranos, pero sin premio. La impotencia por lo que estaba sucediendo en el campo se empezó a plasmar en nervios y tanganas que poco beneficiaban a unos locales obligados a más. De hecho, quien tuvo más cerca el segundo tanto de la tarde fue el equipo burgalés y de nuevo desde las botas de Miguel pero esta vez Berlana impidió el 0-2.

La segunda parte arrancó con el único objetivo de dar la vuelta al marcador, pero el Zamora seguía sin estar fino y es que las prisas llevaban a continuas imprecisiones. Aun así, parecía que el Zamora encontraría la tecla que buscaba y que los visitantes terminarían por ceder ante la supuesta superioridad rival pero con la hora de partido cumplida, nada de eso estaba pasando. Viendo lo que acontecía sobre el terreno de juego Tornadijo movió ficha y apostó por una defensa de tres pero ni por esas, y los de Jesús Gutiérrez empezaban a creer en sus opciones e incluso Miguel volvía a perdonar el segundo.

Al final, la fortuna volvió a sonreír al Zamora y fue a la salida de un córner cuando Silveira, a la media vuelta, pudo poner el empate (1-1). El punto no era suficiente y quedaban veinte minutos para buscar un triunfo que debía ser irrenunciable. A la desesperada los zamoranos lo intentaban a pesar de las continuas interrupciones de los visitantes que jugaban sus bazas. Al final el ansiado gol llegó cuando el partido hacía aguas con un zapatazo de Levas, tras un error visitante, que puso el definitivo 2-1 en el minuto 94. Fue, sin duda, un gol de fe que permite a los rojiblancos sumar tres puntos que costaron mucho más de los esperado.

El próximo rival a batir, y frente al que terminará la primera vuelta, es el Atlético Tordesillas, al que visitarán el sábado y que ayer recibió un fuerte varapalo ante el Burgos Bupolsa (5-0).