El deporte zamorano perdió el pasado domingo a los 69 años de edad a uno de sus deportistas más brillantes y también menos reconocido del siglo XX. Javier Vicente González fue uno de los grandes pioneros del automovilismo español en la década de los 60, una época marcada por las competiciones en los circuitos urbanos entre los que estaba el de Zamora con aquellas carreras en las que se daban cita las mejores motos españolas en torno a las Tres Cruces donde, precisamente, había nacido Angel Nieto, con el que mantuvo siempre una estrechísima relación de compañerismo y amistad.

Javier Vicente, junto a su hermano Andrés -también fallecido hace solo tres meses-, llevó el nombre de Zamora por los principales circuitos españoles: Bilbao, Coruña, Alicante, Madrid, Valencia, Almansa, Cullera... montando primero en Derbi y también en Ossa.

Independientemente de su calidad como piloto y de los medios económicos de que dispuso durante su carrera deportiva, Javier Vicente era muy apreciado a título personal por aquellos míticos pilotos de la década de los 60 y 70, como Ramón Torrás, Benjamín Grau, Salvador Cañellas, José María Busquet o los salmantinos Manuel Cachorro y Monago, con los que siempre estaba dispuesto a colaborar en aquellos tiempos en los que las asistencias eran mínimas y los pilotos tenían que ayudarse entre sí muchas veces.

Pero le vinculó una amistad especial con Santi Herrero, fallecido en el circuito de Le Mans en 1970 a los 27 años y cuya viuda participó hace solo unas semanas en el homenaje a Angelo Nieto organizado por la AMZ con la que colaboró hasta que la enfermedad se lo permitió.

Javier Vicente llegó a conseguir buenos puestos en las competiciones nacionales pero, como otros grandes pilotos, no pudo dar el salto al ámbito internacional.