La historia sigue repitiéndose de forma machacona jornada tras jornada y partido tras partido para este Aquimisa Queso Zamorano que no termina de encontrar la clave para comenzar a sumar puntos en esta disputadísima LEB Plata en la que la igualdad queda patente semana tras semana pero en los finales igualados, siempre se decanta la victoria del bando de los contrarios.

Es cierto que el de ayer era un partido complicado porque Cambados es un equipo con experiencia y dirigido por todo un maestro del basket español como es Chiqui Barros que ayer echó mano de todos sus recursos para impedir lo que parecía iba a ser la primera victoria del Aqumisa cuando los zamoranos consumaron en el tercer cuarto una remontada de 25 puntos en solo 15 minutos.

Pero también es verdad que al cuadro gallego le faltaban ayer dos de sus principales puntales, el británico William Saunders (20 puntos y 20 rebotes de promedio) que se encuentra concentrado con su selección y el base titular, Gerard Sevillano, que se recupera de una lesión y vio el partido desde el banquillo.

Pero a veces, los equipos se crecen ante las dificultades y eso pareció ocurrirle al Cambados que inició el encuentro muy centrado y dispuesto a paliar las ausencias con un derroche de facultades. Y pronto los gallegos, dirigidos durante 28 minutos en el puesto de base por el joven Samu Barros -hijo del entrenador- , establecieron distancias en el marcador frente a un Aquimisa que parecía dormido y que no era capaz de sacar al relucir el acierdo de otras veces.

Saulo Hernández ya tuvo que pedir su primer tiempo muerto en el minuto 8 con 8-18 para dar entrada a Cardito en el puesto de base sustituyendo a un Libroia que se ha convertido en el gran fichaje de invierno del equipo. El "playmaker" americano dejó patente ayer que posee una indudable capacidad tanto para dirigir al equipo como para asumir funciones en ataque, ya sea desde el perímetro o en penetraciones en las que suple su escasa estatura con unas grandes condiciones físicas.

Pero por mucho que los zamoranos buscaban el aro contrario sin acierto, el Cambados nunca perdonaba y comenzara a acumular unos porcentajes de ensueño que le permitió cerrar el segundo cuarto en 14-25.

No llegó la esperada reacción zamorana en el segundo cuarto y, por contra, Cambados estuvo a punto de sentenciar el partido. Fue en torno al minuto 14 cuando los gallegos acertaban cuatro triples seguidos que le permitieron alcanzar la máxima ventaja del partido con 18-41.

Cuando parecía que todo estaba perdido, llegó Hansen, una vez más Hansen, para paliar la desgracia y se despachaba con tres triples que permitieron al CB Zamora irse al descanso con "solo" 18 puntos de desventaja, o lo que es lo mismo, tocado pero no hundido.

Era necesaria una proeza y llegó la proeza. Además en un tiempo récord porque el Aquimisa Queso Zamorano solo necesitó diez minutos para darle la vuelta al partido.

El acierto desde el perímetro del Xuven, que ya había visitado en muchas ocasiones el Angel Nieto en Liga EBA, ya no era el de la primera parte y poco a poco el Aquimisa comenzó a recortar distancias: bajaba de los diez puntos en un "2+1" de Hansen (47-56).

Chiqui Barros esperaba la reacción zamorana y se desesperaba desde la banda e incluso forzaba una falta técnica con una airada protesta al árbitro José Vázquez. Su artimaña dio buenos resultados porque el Aquimisa tan sólo anotó un tiro libre en la acción y los colegiados cambiaron por completo de rumbo a partir de entonces.

Pero los jóvenes jugadores del CB Zamora no cayeron en la trampa y mantuvieron su remontada para colocarse en 61-62 con un triple de Brett Erwin que le devolvió Barros en escasos segundos. Fue entonces Christopher Iza en el asumió la responsabilidad bajo los tableros, y el Aquimisa consumaba su remontaba con 70-68 con el que se cerraba el tercer cuarto.

La afición que volvió a apoyar al equipo en buen número continuó animando confiada en la continuidad del buen juego de su equipo que confirmaron Erwin y Hansen llevando el marcador a 76-70. Pero en ese momento, Chiqui Barros pidió su tiempo muerto para ordenar una defensa mixta de tres jugadores en zona y dos individuales sobre Hansen y Erwin.

Sufrió el CB Zamora para contrarrestar la nueva estrategia del sabio ferrolano y veía cómo Marín igualaba a 76 en un abrir y cerrar de ojos. Saulo Hernández pedía otro tiempo extra para dar oxígeno a sus jugadores, ya muy desgastados físicamente y pareció arreglarse la situación con un triple de Erwin a falta de 4 minutos. Fue el último derroche zamorano porque a partir de ese momento, regresó el brillante Cambados de la primera mitad con un triple de Pablo Villarejo, que jugó dos temporadas a las órdenes de Hernández Bris, y dos acciones de Orellano que no fueron capaces de contrarrestar los zamoranos pese a que Saulo pediría todavía en el último minuto dos tiempos muertos más.