Fue una carrera descafeinada, con muy pocos adelantamientos en pista, fiel resumen la de ayer en el circuito de Yas Marina de una campaña en la que Ferrari apuntó de inicio maneras para complicar a Mercedes pero en la que la firma del cavallino acabó un año más cediendo ante el rodillo de las flechas plateadas. Ganó Valtteri Bottas por delante de Lewis Hamilton para firmar el cuarto doblete de los pilotos de Mercedes en la temporada, con Sebastian Vettel completando el podio. Curioso: Vettel, Hamilton y Bottas formaron el primer podio del año, en Melbourne, y repetían, aunque el alemán y el finlandés intercambiando posiciones, en el último nueve meses después. Una tercera plaza la de ayer que le sobró a Vettel para hacerse con el subcampeonato al que también aspiraba Bottas, sobresaliente con tres victorias y trece podios en su primera campaña en el garaje alemán.

No pudo Bottas pese a su victoria arrebatar la segunda plaza final a Vettel -necesitaba ganar y que el alemán no pasara de la novena posición- como no pudo Fernando Alonso superar a Kevin Magnussen en la clasificación final de la temporada. El asturiano necesitaba sumar cuatro puntos más que el danés y "sólo" consiguió añadir dos a su casillero con la novena plaza. Pero ojo, dos puntos son todo un botín en manos del McLaren-Honda. Con un monoplaza que puede presumir de aerodinámica pero lastrado por la falta de potencia de su propulsor, el asturiano firmó otra magnífica actuación. Ganó una plaza respecto a su posición en la parrilla gracias al abandono del Red Bull de Ricciardo, y otra con su adelantamiento en pista al Williams de Felipe Massa. Una pequeña revancha la que se tomó el bicampeón ovetense respecto al brasileño, al que no logró superar hace dos semanas en Interlagos.

Con esa novena plaza Fernando Alonso se despide de 2017 con un cierto sabor agridulce. Agrio, lógico, porque el McLaren-Honda nunca estuvo a la altura de lo exigible ni este año ni en los dos anteriores; dulce porque al menos ha logrado puntuar en las tres últimas citas del año: décimo en México, octavo en Brasil y noveno en Abu Dhabi. Punto de apoyo de cara al futuro: McLaren tiene un monoplaza con un gran chasis y un gran piloto par a comandarlo. La potencia queda en manos del propulsor Renault que estrenará en 2018.

La carrera decíamos que fue descafeinada, parca en emociones, y basta un dato para confirmarlo: no hubo ningún cambio de posiciones entre los doce primeros de la parrilla en las quince primeras vueltas. Bottas mantuvo la ventaja que le otorgaba la pole y estuvo toda la carrera escoltado por Hamilton y a la espera de una "pájara" de Vettel que no se produjo. La diferencia entre los Mercedes y los Ferrari fue enorme. Vettel cruzaba la línea de meta a 20 segundos de Button y Raikkonen, cuarto, lo hacía a 45. Y por detrás de ellos lo único resaltable fue el abandono del australiano Ricciardo por un fallo hidráulico de su Red Bull en la vuelta 21, lo que hacía a todo el pelotón ganar una plaza. La otra Fernando Alonso se la ganó a pulso en la pista con un magnífico adelantamiento sobre Massa en la despedida del brasileño de la Fórmula 1. Alonso fue de los diez primeros el único que ganó dos plazas respecto a las posiciones de la parrilla, si bien es justo reconocer que se vió favorecido por el abandono (giro 32) del Renault del madrileño Carlos Sainz, a quien colocaron mal la rueda delantera izquierda al realizar el cambio de neumáticos.

La campaña, pues, echa el cierre con Lewis Hamilton logrando su cuarta corona de pilotos y Mercedes la cuarta consecutiva de constructores. Ferrari quedó un año más al rebufo de las flechas plateadas y lo mejor que se puede decir de McLaren es que su matrimonio con Honda ya es pasado. Ahora confía en el noviazgo con Renault, los motores que hicieron campeón a Fernando Alonso en aquellas ya lejanas temporadas de 2005 y 2006, para iniciar una nueva historia con un esperado mejor final. Este cuento se acabó? y esta misma semana empiezan ya los test de cara a la próxima campaña.