Hace año y medio, el Bidasoa Irún acabó con el sueño de Asobal del MMT Seguros. En Artaleku se aplazó una gesta que se culminó en la temporada siguiente en Palma del Río. Ahora, de regreso en la élite, los pistacho se han vengado de aquel verdugo y lo han hecho con una autoridad que ha recordado precisamente a los tiempos de Plata. Un triunfo no solo por puro corazón, sino también por un balonmano que sacó de la pista a los de Jacobo Cuétara, impotentes cuando los zamoranos se desataron.

Desde el principio, la grada y el equipo salieron muy metidos en el partido, casi como si fuera una continuación del duelo ante Cangas. Con Octavio y la defensa muy enchufados, el equipo pistacho manejó las primeras rentas a pesar de encontrarse rápidamente con varias exclusiones. Iñaki aportó desde la primera línea y el MMT Seguros controló el duelo hasta las primeras rotaciones (6-4).

De hecho, durante toda la primera mitad dio la sensación de que el MMT Seguros podía abrir brecha. Solo los postes lo evitaron. También es justo decir, eso sí, que Carlos Calle paró prácticamente todo lo que tuvo a su alcance. El joven guardameta desesperó al Bidasoa Irún y encendió a una tropa pistacho que, de nuevo, estuvo encabezada por un imperial Octavio (11-9 en el minuto 25).

En el tramo final del primer acto fueron los irundarras los que sufrieron dos exclusiones consecutivas ante un MMT Seguros que mantuvo la línea: buena circulación, una muralla muy consistente atrás y ataques inteligentes. El resultado, 14-11 al descanso y salida de vestuarios con superioridad, sin Kauldi Odriozola para los de Jacobo Cuétara. El internacional español es un jugador de otro nivel.

En el inicio del segundo tiempo, la superioridad del MMT Seguros en el juego se plasmó en el marcador. Los pistacho apretaron el acelerador y la brecha se abrió de forma aparentemente sencilla (19-13). Octavio, Cangiani, Ceballos… El juego fluía y Calle seguía siendo un amparo impagable bajo palos. Los vascos se entonaron, pero al diferencia no mermó (23-17 en el minuto 45).

Con ventaja en el marcador, la confianza del MMT Seguros creció. Apenas hubo fases de bloqueo en ataque y esa circunstancia apagó las opciones de un Bidasoa Irún que nunca se acercó lo suficiente. Octavio se fue a ocho goles, Adrián e Iñaki acertaron cuando tocaba y la euforia se desató. Los Guerreros de Viriato ya están aquí e igualan a Puerto Sagunto y Cangas con cinco puntos.