En septiembre del año 2013, la carrera de Ander Iriarte se encontraba en pleno auge. Recién llegado a un clásico del balonmano vasco, el Bidasoa Irún, el espigado lateral de dos metros de altura se preparaba para su estreno en Liga Asobal. Entonces, no podía imaginar que la experiencia resultaría tan corta como frustrante: "En el primer partido, en Logroño, fui a fintar y escuché un latigazo en la rodilla", recuerda el jugador vasco. El diagnóstico, el peor: rotura del ligamento cruzado. Con 19 años, el lanzador eibarrés se vio obligado a parar durante siete meses. Regresó para el último partido: "Así fue mi primera etapa", recuerda con una media sonrisa.

De vuelta a las canchas, Iriarte siguió enrolado en el proyecto irundarra. Esta vez en Plata, y con el objetivo de pelear por la zona alta, al primera línea vasco le costó entrar, pero lo consiguió. Poco a poco, logró hacerse imprescindible en un equipo que luchaba por colarse en el play off. Pero, de nuevo, la rodilla: "Me rompí el menisco cuando faltaban dos meses para la fase de ascenso y me la perdí", explica el "seis" del MMT Seguros.

Dispuesto a recuperarse del todo, Ander Iriarte decidió dar un paso atrás. Se marchó a Elgoibar, a Primera Nacional: "Necesitaba volver a sentirme jugador", señala el lateral vasco, curtido en mil batallas con el balonmano y las lesiones a pesar de su juventud. En la tercera categoría, el eibarrés destacó y el MMT Seguros, que ya le había llamado para su primer año en Plata, volvió a fijarse en él.

Con esta mochila a la espalda llegó Ander Iriarte a la capital del Duero, una ciudad "tranquila", sencilla para la adaptación y que ha visto cómo "el látigo de Eibar" ha ido dando pasos en busca del espacio en la élite que debe ganarse de nuevo. Los inicios fueron duros, pero el lateral pistacho pudo disfrutar sobre la pista de "la mejor experiencia" que ha vivido como deportista: el ascenso a Asobal: "Eso sí, cuando pasó todo el alboroto por el regreso, empiezas a ver equipos, plantillas y dices: bueno, ahora nos toca pelear contra estos", señala el lateral vasco, de apariencia tímida, pero ágil a la hora de expresarse.

Y en esas se encuentra ahora el MMT Seguros, en el cara a cara contra los miuras. Iriarte empezó la guerra con un papel muy secundario que se ha tornado en protagonista en las últimas batallas. El lateral vasco lleva doce goles en los ocho partidos disputados y siete de ellos llegaron en los dos últimos encuentros, ante el Ciudad de Logroño y el Atlético Valladolid: "Sí que estuve bien ofensivamente, pero mi margen de mejora está en defensa. Edu - García Valiente- me está dando más confianza y en ello estoy, acoplándome al sistema y dispuesto a dar lo mejor de mí", sostiene el "seis" del MMT Seguros.

Teniendo en cuenta el buen estado de forma del vasco y la situación de la primera línea, sin Guille y con Anderson todavía en proceso de adaptación, todo apunta a que, ante Cangas, Ander Iriarte volverá a asumir responsabilidades: "Todavía es pronto, pero es un partido muy importante. Ves la clasificación, te encuentras abajo y recibes a un rival directo... En el vestuario ya se habla de que hay que ganar por lo civil o por lo criminal", apunta el jugador pistacho, que lamenta que las cosas no hayan salido en los envites anteriores.

En ese sentido, la plantilla tiene claro que la salvación pasa por sumar en el Ángel Nieto: "A la afición no se le puede decir nada, solo agradecer", advierte Iriarte, que recibió una de las mayores ovaciones de su trayectoria como pistacho al ser sustituido en el duelo ante el Ciudad de Logroño, precisamente el equipo ante el que tuvo que irse lesionado en aquel debut negro en Asobal.

No obstante, más allá de lo personal, lo que importa es el colectivo, la permanencia. ¿Llegará sin que el equipo se refuerce? "Viendo a la plantilla entrenar, yo creo que a este grupo no se le puede achacar falta de esfuerzo. Yo confío en que, los que estamos, podemos conseguirlo", asegura Ander Iriarte, listo para seguir creciendo dentro de un conjunto que no se rinde.