José Mourinho, exentrenador del Real Madrid, dijo ayer al salir del juzgado tras declarar por una denuncia de la Fiscalía en la que se le acusa de defraudar durante su etapa en Madrid 3,3 millones de euros, que se marchó de España en 2013 "con la convicción" de que su situación tributaria "estaba perfectamente legal". Al técnico portugués aseguró que "me han dicho que para regularizar mi situación yo tenía que pagar una cantidad 'x'", dijo. "Yo no he contestado, no he discutido, he pagado, he firmado con el Estado las actas de conformidad y de que todo estaba definitivamente cerrado".