No era un partido más y no se podía afrontar como tal. Arandina y Zamora saltaron al verde de "El Montecillo" con las ideas muy claras pero con la duda de saber qué partido depararía a sabiendas de la necesidad de ambos conjuntos por puntuar. Uno por dar continuidad a un valioso triunfo ante el Salmantino, y otro por desquitarse de la dolorosa derrota ante Unionistas.

Desde el principio el cuadro de Losada quiso activar la banda derecha capitaneada por Aleixo para trasladar peligro a la meta defendida por Mediavilla. Por contra, la Arandina se limitó a tratar de hacerse con el balón y generar recursos ofensivos basándose en la velocidad y desborde de Bruju, que reaparecía como titular tras la lesión sufrida hace unas jornadas.

La estrategia funcionó a la perfección para los locales con el primer gol del choque, en la también primera aproximación de los blanquiazules al marco rival. En el minuto siete, el propio Bruju se deshizo de hasta cuatro defensores del Zamora y ajustó el esférico en el marco de Miguel. El jugador burgalés fue con diferencia el más destacado del choque, y aportó verticalidad y peligrosidad al área, sabiendo hacer daño a una frágil zaga zamorana.

La respuesta de la escuadra rojiblanca llegaría seis minutos después, con un disparo desviado de Encinar que salió rozando el larguero local. El medio centro trató poco después de igualar la contienda con una jugada similar, y Dani Hernández también se sumó a sus intenciones en el 16' con un lanzamiento de falta que no encontró puerta. Después de estas intenciones visitantes, la Arandina se propuso poner tierra de por medio. Trató de adormecer el choque, hacerse con el balón y generar oportunidades peligrosas. Y a tanto llegó el nivel de adormecimiento que llegó al descanso.

El inicio del segundo periodo no supuso una mejora de imagen. La tónica del juego se mantuvo respecto a lo acontecido en el final de la primera parte y solamente se volvió a activar el choque con las actuaciones de Bruju.

La presión ejercida por la línea ofensiva de la Arandina ante una endeble defensa zamorana permitía a los locales soñar con romper el partido. Pero los blanquiazules tampoco estaban para hablar, y permitieron que el Zamora tuviera la oportunidad de igualar el choque.

En el minuto 53, Levas incurrió en el área desde el perfil izquierdo con la sorpresiva inacción de Lobera, que en vez de salir a cubrir al ex del Cristo Atlético decidió recular, dejando un espacio inédito al rojiblanco. El pase medido del lateral rojiblanco llegó a los dominios de Iñaki, que remató estrepitosamente el cuero para desaprovechar un error garrafal ribereño que pudo costar el empate.

Los de Diego Rojas quisieron rehacerse, y también tuvieron varias opciones -con poco peligro, eso sí- gracias a nuevas acciones de Bruju y Ruba. Losada por su parte decidió mover banquillo y quiso dar consistencia a la base del equipo. El técnico local tampoco quiso quedarse atrás e introdujo a Rodri en el terreno de juego. Y este último cambió sí pareció funcionar, porque la Arandina logró asestar el segundo golpe mortal al Zamora en el ecuador del segundo tiempo.

Fue Khali, el que tras plantarse en el área zamorana y recortar a una nuevamente débil defensa rival, fusiló e incrustó el cuero en la meta de Miguel para establecer el 2-0. Fue tal el impacto que supuso este segundo tanto para los visitantes, que no supieron levantarse ante un equipo sin excesivo trabajo ni brillantez. Por si fuera poco, los de Losada perdieron a Saúl al ver su segunda amarilla.

Los minutos finales simplemente fueron mero trámite para la Arandina, que con la posesión a su favor y la tranquilidad de conocer el triunfo final, se limitó a dejar correr el crono para sumar un nuevo triunfo ante su afición y desquitarse de la derrota sufrida en Salamanca el pasado fin de semana.

Con este resultado, y tras el pinchazo del Astorga y el empate de Unionistas, la Arandina se coloca en quinta posición con 14 puntos. Por su parte, el Zamora baja hasta el octavo puesto, a cuatro de la zona noble de la tabla.