Sin quererlo, pero mereciéndolo, Jaime Rosón es uno de los abanderados de la nueva hornada de ciclistas sobre los que se han puesto los focos en la pasada Vuelta a España. Su victoria en Croacia, su mano a mano con "El Tiburón" Níbali, el segundo puesto en Castilla y León y el colarse entre los mejores en la Vuelta a Burgos no ha pasado desapercibido para el gran público que ha comenzado a seguir con insistencia las posibilidades de este espigado ciclista zamorano. El fichaje por el Movistar hizo el resto, lanzándole al estrellato ciclista donde compartirá maillot con tres de los mejores ciclistas de la actualidad: Mikel Landa, Alejandro Valverde y Nairo Quintana. Con la temporada prácticamente acabada, el futuro es de Rosón.

-Toca hacer balance de la temporada. ¿Qué nota le ponemos?

-La temporada ha sido muy buena con grandes resultados como los conseguidos en Croacia, la Coppi Bartali, Castilla y León, Burgos o La Vuelta, así que el balance sólo puede ser positivo.

-¿Y el futuro cómo se presenta?

-El año que viene será diferente, no tendré tanta libertad pero lucharé por ganarme un hueco, ganarme el respeto de mis compañeros y poder ayudar al equipo.

-¿Cómo es poder vivir la última Gran Vuelta de Alberto Contador?

-Participar en la última Vuelta que ha hecho él y correr a su lado, la verdad es que es muy bonito y es un recuerdo que lo guardaré para siempre.

-Tuviste, incluso, la oportunidad de ir junto a él en la etapa de Andorra y pasarle. ¿Da tiempo a pensar que estás adelantando a Contador o es suficiente con ir sufriendo por el ritmo de los Sky?

-Sí que lo vi y sabía que podía ir un poco más rápido, pero fue una circunstancia de carrera porque fue el único día malo que tuvo porque luego se ha visto que iba muy rápido y esos dos minutos que perdió son los que le han privado de hacer podio en la Vuelta. Luego ha dado el espectáculo que ha dado y tiene que estar contento.

-Llegas a Murcia y acaricias la victoria, llegando a ir, incluso, en solitario durante unos metros.

-Sabía que tenía que hacer una buena subida para soltar a todo el mundo y lanzarme hacia abajo en solitario y lo más rápido posible. Puse mi ritmo desde abajo e intente distanciar a todos pero en cuanto vi a Trentin que venía mucho más rápido, levanté el pie porque sabía que me iba a pillar igual porque ya dos días antes había hecho una ascensión con él y casi me suelta y sabía que había que guardar un poco de fuerzas. Fue una pena perder la oportunidad de levantar los brazos pero lo importante es que se me vio bien, se me vio adelante y con eso me quedo.

-¿Cuando te escapaste en solitario llegaste a pensar que llegaría la victoria de etapa?

-Sí que pensé que me iba solo. Pero un par de curvas más arriba, que estaban muy encadenadas vi a Trentin y le esperé para seguirle durante el resto de la subida.

-¿Qué ocurrió en la bajada para acabar descolgado?

-La bajada al principio iba bien aunque me llevaban al límite en la zona más técnica. Después, en el momento de salir a la zona más descubierta, frené en una curva más que ellos y ya fue imposible cogerles.

- Llegas a meta y golpeas el manillar. ¿Qué se siente en ese momento?

-Sentí mucha rabia. Sabía que iba a hacer tercero igual pero no es lo mismo hacer tercero esprintando para ganar, que ser tercero esprintando sólo para hacer tercero y perder de la forma en que lo perdí. Creo que he hecho una buena Vuelta y esto son cosas de carrera y estoy contento con lo que hice.

-De haber llegado a la zona llana los cuatro escapados, ¿Crees que habría habido alguna posibilidad de acabar levantando los brazos?

-Quería llegar con ellos porque sabía que a falta de dos kilómetros empezaba la zona llana y allí tenía que atacar y que José Joaquín Rojas y Trentin se vigilaran. Tenía que buscar ese momento de dudas, pero ese momento de dudas no existió porque no estuve allí.

-Lo volviste a intentar en la etapa del L'Angliru pero el pelotón voló ese día, especialmente con los Trek de Contador, y no dio opción ninguna a la fuga.

-Salimos muy rápido y en los puertos anteriores yo ya iba vacío. Me dijo mi preparador que ese día se corrió muchísimo y además, en la escapada había grandes nombres, de los que disputan el Tour de Francia pero al menos estuvimos luchando y salvamos el día.

-Finalmente llegas a Madrid donde la gente sale a la calle para rendir tributo a todos los ciclistas que habéis conseguido completar la Vuelta a España. ¿Qué se siente en el paseo triunfal por el Paseo de La Castellana?

-Es un día muy bonito para todo ciclista y la verdad es que hay muchísima gente aplaudiendo. Es un recuerdo que siempre tienes aunque el primer año fue más especial porque era mi primer año.

-Se han multiplicado en esta edición de la Vuelta a España, las banderas de Zamora, las pintadas en las cuestas, los carteles en apoyo a Jaime Rosón y los aficionados en las cunetas de las etapas de montaña. ¿Te ha llegado todo ese apoyo?

-Cada año te van conociendo más los aficionados y estoy muy contento de toda la gente que me anima. El día de el Angliru fue espectacular. Cada 100 metros había una bandera, carteles de niños pequeños con mi nombre, pintadas... Ojalá que durante muchos más años vayan a animarme a las carreras que haya más ciclistas zamoranos que puedan competir en la Vuelta a España.

-En general, ¿que diferencias has encontrado en comparación con la ronda del pasado año?

-El cuerpo me ha aguantado más el tirón, no he levantado el pie casi ningún día, a excepción de las últimas etapas en las que ya veía que no podía hacer nada. Este año tenía más fuerza en los finales de etapa y recuperaba mejor y creo que el año que viene, si voy a la Vuelta a España, iré mucho mejor que este.

-En la última prueba de relevancia en la que competiste antes de la Vuelta a España, la Vuelta a Burgos, estuviste muy cerca de los mejores y en la Vuelta a España te ha costado más estar cerca de corredores como David de la Cruz o Miguel Ángel López. ¿Cuál es la diferencia?

-Mis datos han sido mejores que en Burgos, mis subidas han sido más rápidas y no era posible estar con ellos. Es la Vuelta más rápida de los últimos años, Froome ha dicho que es la Gran Vuelta que más le ha costado ganar, Níbali ha dicho que estaba moviendo los vatios de su vida y que tampoco estaba despuntando, así que se ha ido muy rápido.

-¿Cómo es correr con Froome?

-Es complicado porque lo vemos poco porque siempre va de los primeros. Es bonito, sobre todo cuando quedábamos pocos ciclistas y estás con ellos. Impacta porque hace dos años los veía por la tele y ahora peleo con ellos.

-De haber peleado por la general, ¿hubieras hecho Top-20?

-Sí, seguramente que sí. Lo que me ha penalizado es el día de Calar Alto y si hubiera restado esos minutos, había estado allí adelante.

-Todavía queda cerrar la temporada en Francia y existe la posibilidad de que te toque competir algún día más.

-Espero que sea la última porque ya el cuerpo me pide un descanso. Aunque he recuperado bien de la Vuelta, todavía me duelen las piernas cuando salgo a entrenar, así que ojalá que sea la última y el equipo me de el premio del descanso.

-¿Te has llegado a ver con opciones de ir con la Selección al Mundial?

-Me lo han preguntado más veces y yo si tenía que ir, iba a ir, porque es un sueño. Sí que me hubiera gustado, pero el seleccionador no ha contado conmigo y espero ir en futuras convocatorias, por ejemplo en los Juegos Olímpicos de Tokio, que van a ser duros, y es una edad perfecta para mí.

-El futuro viste de azul Movistar. La llegada a un equipo World Tour te abre las puertas de muchas carreras y, especialmente, del Tour de Francia. ¿Cuantas veces has soñado con poder correr el Tour de Francia?

-Es el sueño de todo ciclista. El año que viene será muy difícil correrlo pero sí que veo opciones de correr el Giro. Hay que ir descubriendo nuevas carreras, adaptándome al ritmo World Tour y seguir creciendo.

-Llegar a esas grandes también implica un cambio de chip. Tocará trabajar, aunque también aprender de grandísimos ciclistas, ¿no?

-Pocas veces me ha tocado trabajar para gente y ahora tengo que hacer un cambio de chip. Espero que me toque trabajar pero poco porque eso significará que he llegado muy lejos y puedo hacer el último cambio de ritmo para que ellos puedan ganar.