Hoy hace un mes exactamente del fallecimiento de Angel y un mes después estamos aquí en Zamora con todos vosotros para rendirle un merecido homenaje a uno de los más grandes zamoranos de esta época. Aunque se desarrolló muy lejos, nunca le dolieron prendas para decir que él era de aquí, de Zamora. Me lo dijo muchas veces. No dudó ni un momento en ser el presidente de honor de la Asociación Motociclista Zamorana a instancias de la junta directiva, asistió a sus galas y recordaba, no sin cierta nostalgia, el recorrido de aquellas carreras de los años 60 aquí en Zamora. Fue mi gran guía en esta monumental ciudad, con gran pasión y muy orgulloso de su lugar de nacimiento.

Si he de ser sincero, siempre creí que mi admirado Angel Nieto saldría de aquel fatídico accidente. Es más, pensé que en esta difícil carrera, remontaría hasta la primera posición. De nada me valió estar durante tantos años narrando carreras con él a mi lado, para fallar precisamente, en la más importante.

Ilustre por su trayectoria deportiva, por su carisma, por su generosidad y por ser una de las personas más libres que he visto en mi vida. Grande dentro y fuera de los circuitos. Un hombre que se hizo a si mismo y que comenzó en el mundo de las motos cuando era un adolescente.

Nadie le regaló nada y todo lo consiguió a fuerza de sacrificio. Su talento fue descomunal y cuando se ponía en la parrilla de salida, sabía que, aunque hubiera alguien que tuviera más potencia que él, sabía que les iba a pasar pese a que su moto no era la más rápida.

Angel fue el artífice de que el motociclismo tuviera difusión a través de los medios. Cuando consiguió su primer título allá por 1969, casi nadie se había enterado de que un españolito había alcanzado lo máximo en el motociclismo mundial.

Eso le hizo iniciar una campaña para que no sólo sus victorias y sus títulos fueran lanzados a los cuatro vientos, sino para que también se le prestara la atención que merecían todos los pilotos españoles. Y a fe que lo consiguió.

El motociclismo tiene que agradecer mucho a Angel, no solo por sus "12+1" sino por todo lo que él luchó porque el deporte de las dos ruedas tuviera el reflejo que merecía.

Otro gran empeño suyo fue que los pilotos se iniciaran desde muy jovencitos y para eso se crearon fórmulas de promoción y campeonados regionales que desembocarían en el Campeonato de España y de allí al Mundial.

Los resultados, ahí están. Los que ganan ahora, son el resultado de aquella semilla a la que Angel Nieto llamaba la batidora.

Fui testigo de la forma en que vivió las carreras: con ardor, con sabiduría, siempre disculpando los fallos y emocionándose como nadie, cuando un español ganaba y sonaba el himno. Es como si fuera una continuación de lo que él inició cuando solo tenía catorce años y se plantó en la puerta de la fábrica Bultaco; le dijo a Paco Bultó, que era el dueño, que quería trabajar allí y que quería ser campeón del mundo. Hubo quien no le creyó, pues peor para él.

Trabajando codo con codo pude comprobar la calidad de persona que tenía a mi lado. Un tipo comprensivo, desenfadado, extrovertido y libre como los pájaros. Él, que había luchado denodadamente para que el motociclismo tuviera la importancia que merecía, estaba delante de un micrófono para comunicar a los millones de espectadores la importancia y la excelencia del deporte que había sido toda su vida.

Él fue el culpable de que muchos jóvenes y otros no tanto, se engancharan al deporte de la moto, comprobaran su gran plasticidad y el gran arrojo de todos los pilotos. Tocó casi todos los palillos del mundo del motociclismo, desde los puestos de piloto, jefe de equipos, comentarista y, sobre todo, consejero de muchas de las personas que pululan ahora por los circuitos.

Su viaje a otra dimensión nos va a privar ahora a muchos de la amistad de este ser irrepetible que tanto nos emocionó y que tantos buenos momentos nos hizo pasar.

Estamos muy tristes, pero recordando tantos buenos momentos, esa sonrisa tan suya y tan constante hace que los que le conocimos tornemos al abandono del abatimiento. Lamentablemente se ha marchado sin conseguir algo que le hacía muchísima ilusión: el premio Príncipe de Asturias del Deporte. Si he de ser sincero, ignoro por qué extraño sortilegio Angel no vio realizado un sueño que le duró mucho tiempo. Otros sí lo consiguieron con menos méritos y trayectoria deportiva.

Amigo Angel, te has marchado pero siempre estarás en nuestros corazones. Nunca pasaste desapercibido y ahora que ya no estás entre nosotros, bastante menos.