Carlos Garrote acaricia las dos medallas de plata como lo hace un padre con sus hijos. Son la cuarta y la quinta de las competiciones internacionales en las que ha participado Garrote este año, un botín al alcance de muy pocos. Por si fuera poco conseguir cinco metales en un año, Garrote, junto a los otros tres integrantes del K-4 500 metros, ha roto una sequía de 43 años sin medallas en la distancia olímpica del K-4. Tras varios años a la sombra de uno de los mejores piragüistas de la historia, la hornada de jóvenes palistas españoles llega con ganas de dar guerra y hacer sonar el himno de España en Tokio 2020.

-Doble medallista en el Campeonato del Mundo, ¿eres ya consciente de lo conseguido?

- Sí, la verdad que con el paso de los días voy asimilando lo que hemos conseguido. Como lo sueñas tanto y estás siempre soñando en el momento que puede llegar, es como que no lo asimilas cuando cruzas la meta. De repente ves que lo has conseguido y te quedas como en shock.

-¿Creías, a principio de temporada, que podían llegar todos estos éxitos?

-Cuando empezamos en las Copas del Mundo a sacar esas tres medallas, sí que pensé que iba a ser un año en el que podíamos hacer grandes cosas. Después me llevé un mazazo bueno en el Europeo pero pensándolo más tarde, ser cuarto de Europa en K-1 200 metros es muy complicado. Yo lo valoro muchísimo porque es una distancia olímpica en la que te enfrentas a los rivales más fuertes de cada país. Y luego estas dos medallas en el Campeonato del Mundo han servido para cerrar una temporada increíble.

-Tras muchas victorias en categoría sub-23, ¿esperabas estar tan pronto con los mejores en categoría absoluta?

-El problema que hay es que los jóvenes vienen muy fuerte y parecía como que en sénior no me hacía un huequito y me estaba costando bastante. Parecía como que siempre me quedaba a las puertas de una medalla. Este año he dado con unos compañeros muy buenos y parte del mérito ha sido la ayuda que he tenido con ellos.

- Estais llegando con fuerza un grupo formado por Rodrigo Germade, Cristian Toro, Paco Cubelos, Marcus Cooper y tú. Con tantos entrenamientos juntos, ¿El grupo está siendo muy importante?

-El grupo que tenemos es esencial. Somos muy jóvenes todos y eso hace que todo sea más fácil.

-La primera medalla de Racice llegó en el K-1 200. Una serie muy buena, logrando el primer puesto y una final en la que los húngaros lograron una ventaja inicial que fue imposible de reducir. ¿Como lo visteis vosotros?

-La verdad es que fue una regata un poco extraña. Sabíamos que teníamos a los húngaros al lado y que salían muy rápido y de repente cuando se bajó el cepo, ellos clavaron la salida. La hicieron perfecta. Lo que nos quitaron de salida fue imposible de recuperar. Son justos merecedores de haber ganado. Nosotros, con una embarcación que casi no habíamos preparado, acabamos segundos. Siempre quieres el oro pero en frio lo pensamos y vimos que estaba muy bien.

-¿Da tiempo a pensar en una prueba corta?

-No da tiempo a pensar. Además en k-2 es muy rápido, casi no te da tiempo ni a cansarte y cualquier fallo te puede dejar en los puestos de atrás. Nosotros hicimos una regata segura, nada de precipitarnos y sabíamos que teníamos un tiempo muy bueno para tener muchas opciones de medalla. Clavamos la regata y nos colgamos la plata.

- La segunda medalla llega en el K-4 y, además, rompiendo una sequía de más de cuarenta años sin metales en un Mundial en esa disciplina. ¿Como se vive un momento histórico como ese?

-Nosotros no lo sabíamos hasta que nos lo dijo la Federación cuando estábamos en el podio. Nos dijeron que eran 43 años los que hacía que no se conseguía una medalla en el K-4 y para nosotros es un orgullo. Teníamos muchas opciones, la gente nos lo decía pero no queríamos hacer mucho caso. Yo me metí en una burbuja para no enterarme de todo lo que se decía y ya cuando cruzamos la meta, nos pasó lo mismo que en K-2, que siempre quieres el oro pero que es muy bonito subir al podio en un Campeonato del Mundo.

-Fuisteis mucho tiempo en cabeza de la prueba, ¿llegasteis a veros con el oro?

-La verdad que lo tuvimos en la mano. Hicimos una regata a arriesgar, necesitábamos salir muy rápido para poner nerviosos a los alemanes y creo que hicimos una final un poco arriesgada pero el que no arriesga no gana. Salimos los cuatro convencidos de que teníamos que salir por delante de Alemania porque ellos al final tenían otra marcha más. La verdad es que ellos siguieron su regata y para nosotros fue duro porque veíamos como Alemania nos pasaba en los últimos 100 metros y no podíamos hacer nada. Al final logramos mantener el segundo puesto y aguantamos al resto de embarcaciones que venían a darnos caza.