Jaime Rosón apretó los dientes y se deshizo de Van Rensburg en el sprint final. Le metió dos segundos y mostró su fortaleza en los últimos metros. Entonces, y sólo entonces, comenzó a golpear el manillar de su bici y a lamentarse. Había estado tan cerca que dolía no acabar levantando los brazos.

A los campeones les duele cuando no ganan aunque hayan hecho una etapa meritoria, aunque hayan finalizado terceros en un día de montaña de la Vuelta a España. Por eso a Jaime Rosón le dolió tanto cuando se vio cruzando la meta en tercera posición, venciendo en el sprint a Van Rensburg. Quizá se vio fuerte incluso para superar a Trentin y Rojas que eran los más rápidos en una llegada al sprint.

Jaime Rosón se atrevió a coger hoy la escapada. Borrón y cuenta nueva. Tras su peor día en la ronda española, tocaba resarcirse con la mejor de las suertes. Rosón no sólo cogió la escapada buena del día, sino que encima, cuando las rampas del Collado Bermejo empezaban a poner a cada uno en su sitio, seleccionó a sus acompañantes.

A la rueda del zamorano salieron Van Rensburg y Rojas apretando los dientes para no ceder en las duras rampas murcianas. Trentin, a su ritmo, supo también sufrir para aprovechar la vigilancia de los tres que eran cabeza de carrera y llegar hasta formar un cuarteto.

Volvió a intentarlo el zamorano e incluso abrió brecha con Rojas, que era quien más cerca podía estar del corredor del Caja Rural Seguros RGA. El de Movistar, que corría en casa, sabía que en el descenso podía enganchar con Rosón. Algo parecido pensaba Luis León Sánchez, también en la escapada, pero al que las piernas no respondieron como debían para permitirle llegar con los mejores arriba del Collado.

Rosón también sabía que la bajada y los últimos kilómetros llanos eran muy duros para un corredor en solitario y es por eso por lo que, al ver que no abría mucha brecha, prefirió coger aire en el grupo de los elegidos.

Trentin volvió a llegar desde atrás y puso un ritmo cuartelero que obligó al resto de ciclistas a apretar los dientes para no descolgarse en la subida.

Lo mismo hizo Rojas, pero en este caso en la bajada, descolgando a Van Rensburg. Otro parón de los tres de adelante lo aprovechó el sudafricano para volver a la cabeza de carrera.

En la parte final del descenso, en la que hace falta más fuerza porque la pendiente deja de ser tan inclinada, Rojas y Trentin se fueron y se jugaron la victoria que acabó en manos del italiano. Y detrás los lamentos. El de Rojas, por llevar al italiano hasta la meta; el de Rosón por cortarse en la bajada; el de Luisle por no poder celebrar una victoria en casa.

Puesto 20 en la general

La escapada le sirvió a Jaime Rosón para alcanzar su mejor clasificación en lo que se lleva de Vuelta a España. Rosón subió hasta el puesto veinte en la clasificación del maillot rojo y volvió a situarse como el cuarto mejor español, únicamente por detrás de David de la Cruz, Alberto Contador y Mikel Nieve, adelantando a Sergio Pardilla.