Sin duda, Carlos Garrote ha firmado una temporada extraordinaria. El palista zamorano se ha erigido en una de las grandes figuras del piragüismo nacional de velocidad durante los últimos meses, un periodo que ha culminado logrando nada menos que dos medallas de plata en el Campeonato del Mundo en Racice. Una cita en la que ha dejado claro, fuera de toda duda, que tiene un hueco en el futuro nacional de su deporte.

No son pocos los años que Garrote ha trabajado para llegar a donde está hoy pero, habitualmente, su desempeño pasaba desapercibido como consecuencia de la alargada sombra del medallista olímpico Saúl Craviotto. Una figura que, además de acaparar focos, hacía muy difícil conseguir plaza para las grandes citas a muchos de los velocistas nacionales.

Este año, el catalán se ha alejado de las aguas dejando un hueco que Garrote ha sabido aprovechar a la perfección para ampliar su colección de preseas y méritos de cara a futuros acontecimientos.

El último de sus logros en esta gran campaña ha sido volver con dos platas del Campeonato del Mundo de Racice. Dos metales que, además, cuentan con una gran trascendencia para la delegación española.

El primero de sus metales, logrado en el K-2 200 metros con Cristian Toro, confirmó la tremenda calidad de Garrote en las pruebas de velocidad. Carlos ocupó en este barco el puesto de Craviotto y el resultado avala al zamorano como su relevo natural del palista leridense, ahora que se acerca al final de su portentosa carrera.

La segunda plata, lograda en K-4 500 metros, fue aún más importante. No solo porque, con ella, España se proclamó por primera vez en su historia como campeona del mundo de kayak masculina, también porque en el inicio del ciclo olímpico hacia Tokio 2020, el segundo puesto alcanzado por Garrote, Cooper, Toro y Germade supuso la primera medalla mundial de un K-4 en distancia olímpica desde 1975. Una sequía de 42 años que el zamorano y sus compañeros borraron de un plumazo, haciendo patente que -si el tiempo no lo impide- esa podría ser una de las bazas para los próximos Juegos Olímpicos del Comité Español.

Racice ha dejado claro que el piragüismo español cuenta, en kayak, con bazas suficientes como para continuar creciendo en ausencia de Craviotto. Con palas como un Carlos Garrote que ha aprovechado a la perfección su oportunidad en aguas checas para, firmando dos de las tres medallas de España, reivindicarse como el futuro protagonista de su delegación en las grandes citas.