La selección española juvenil de balonmano tuvo que conformarse con la medalla de plata en el Mundial de la categoría disputado en Georgia, tras caer ayer por 25-28 ante Francia en la gran final. Una derrota que no ensombrece el excepcional verano del balonmano español, en el que España también se proclamó el pasado julio campeón del Mundo júnior en Argelia.