Pese a que muy poca gente lo sabe, Miguel Ángel Mostaza es uno de los zamoranos ilustres que andan hoy por el mundo. Este sanabrés de Santa Colomba constituye uno de los pilares sobre los que se ha sustentado el atletismo español actual y desde hace más de treinta años es el mánager más importante de nuestro país. Por su despacho han pasado los mejores atletas españoles de todos los tiempos, y también muchos de los mejores del mundo, como Usaian Bolt que, cuando viene a España, lo hace de la mano de Mostaza.

Bajo su responsabilidad están los principales maratones españoles y las grandes carreras de nuestro país tanto en asfalto como en cross, y no hace tanto, gracias a su disposición, Zamora llegó a contar con una de las mejores millas urbanas del país.

Mostaza es un enamorado de Sanabria a donde regresa periódicamente pese a que dejó el pueblo en su infancia para ir a estudiar y a formarse en numerosos campos del saber. Hoy presume de hablar seis idiomas, es un contrastado fisioterapeuta y fue un atleta de nivel más que respetable en nuestro país. También ha estado siempre vinculado al ciclismo y su participación en los Juegos Olímpicos se mantiene desde Seúl. En Barcelona, fue uno de los artífices de aquella primera medalla de oro para el atletismo español que firmó Fermín Cacho, hazaña de la que se cumplen estos días un cuarto de siglo.

"Uno nació en Santa Colomba, afortunadamente. Nací allí y viví hasta que tenía 12 años. Como los chicos de aquella época, salí a estudiar y estuve en diferente colegios. Y he sido un sanabrés itinerante por el mundo. Estuve primero en Logroño, luego en Barcelona, Zaragoza, más tarde en Madrid, me fui a Estados Unidos... Pero mantengo una total vinculación con Sanabria y con las gente de mi pueblo vaya a donde vaya. Todos los años voy una o dos veces y me encantaría poder ir más. Pero casi siempre me coincide el verano con campeonatos de Europa, del Mundo o Juegos Olímpicos. No puedo ir lo que quisiera durante el verano pero cada vez que puedo escaparme a mi pueblo y al de mis padres y mis amigos, lo hago".

Su dedicación no es exclusiva al atletismo pese a que sea la función en la que más ha destacado: "Me conoce todo el mundo por atletismo pero he llevado otros deportes. Me inicié en esto de una manera circunstancial porque, después de estar en Estados Unidos, regresé y me contrató el Comité Olímpico Español como fisioterapeuta para el equipo español de atletismo en los Juegos de Seúl. Fui uno de los fisios oficiales del equipo y a raíz de ahí se inició el contacto con el atletismo. Pero a mí siempre me ha gustado el mundo del deporte, siempre he practicado deporte. He sido futbolista, he corrido como diecisiete maratones, mi mejor marca es 3h31´. Siempre he sido una persona terriblemente deportista. Ya en la época del colegio destacaba jugando al fútbol y me seleccionaban. Estando en Zaragoza, participé en una carrera de debutantes y quedé tercero, era un cross, y paradójicamente, en aquel cross también corrió el gran y legendario José Manuel Abascan que luego sería medallista en Los Ángeles".

Aunque su deporte siempre había sido el fútbol, en el que llegó a jugar en Regional Preferente, equivalente a la actual Tercera, en Zaragoza, al comenzar a hacer atletismo, fue seleccionado con el equipo de Aragón en pista, y destacó también en época juvenil y junior. Sus marcas en 1.500 están en menos de minutos en 1.500, en menos de 15 los 5.000 y en menos de 33 los 10.000, con la citada en maratón de 2h31. "Son cosas que pasan en la vida. Siempre fui apasionado del fútbol, y en las fiestas en Santa Colomba jugaba con el equipo de mi pueblo que éramos los mejores de Sanabria. Todos los años en el Mercado del Puente hay un torneo y el equipo de Santa Colomba era temible", explica en su habitual tono de buen humor.

Terminó los estudios de Fisioterapia Deportiva tras realizar la especialidad en Estados Unidos, y se convirtió en uno de los pioneros en España de la fisioterapia deportiva. "Comencé a ejercer las funciones de representante en Seúl, aprovechando que hablo tres idiomas muy bien y entiendo cinco o seis, debido a las dificultades que tenían entonces los atletas con las marcas deportivas y con los organizadores. No existía el "management" deportivo como tal. Y los atletas comenzaron a contar conmigo para que les echara una mano. Yo era el fisio y todo para ellos. En un principio cubría las dos funciones, aunque al final he tenido que decantarme, pese a que cuando es necesario pueda echarles una mano como fisio".