Casi sin dejar de ver el dorsal de Landa o De la Cruz, consciente de que aún le falta afinar para alcanzar su pico de forma, Jaime Rosón confirmó en las Lagunas de Neila que su aproximación a la Vuelta a España sigue marchando según lo previsto. Mejor incluso. El ciclista zamorano coronó en la quinta plaza la mítica cima burgalesa y amarró esa misma posición en la General por delante de hombres como Igor Antón o Dani Moreno, que cruzaron la meta a rueda del líder del Caja Rural - Seguros RGA.

Como sucedió en el Picón Blanco, a Rosón le faltó un punto para responder al último arreón fuerte y pelear por la etapa y el triunfo en la General. Los acelerones de David de la Cruz y Enric Mas, la pareja de promesas del Quick Step, pudo con la resistencia del zamorano, que tuvo que marcar un ritmo más bajo para no quebrarse y que vio desde una posición privilegiada la batalla que se fraguaba por delante, con Míkel Landa a los mandos y sus adversarios incapaces de ponerle a prueba. El alavés ha sido el capo de la Vuelta a Burgos.

Antes, la etapa se había desarrollado de un modo frenético. La génesis de la escapada resultó poco menos que un parto y nunca supuso un peligro real para los favoritos, que dominaron desde un pelotón encabezado por los hombres de negro del SKY. Arropado por su tropa, el maillot morado de la carrera, Míkel Landa, recorrió a favor de corriente los 125 kilómetros previos a las Lagunas de Neila, la batalla final de la carrera, el lugar que le coronó en el 2011 y donde esta vez llegó para llevarse a casa una colección de maillots que parecía un arcoíris.

Pero para llegar al podio, Landa tuvo que padecer las acometidas de sus rivales. Por descontado, el Quick Step lo probó y puso una marcha más desde la base del puerto para tratar de romper la carrera. El Caja Rural de Rosón y el Dimension Data de Antón también tensaron la cuerda y echaron mano enseguida a una escapada condenada al fracaso.

Ahí apareció con valentía David de la Cruz, que se echó hacia delante sin red y que buscó el triunfo con una ambición que casi le deja sin podio. Sofocada la rebelión del primer espada del Quick Step, su escudero Enric Mas probó fortuna a continuación y se marchó en cabeza con Landa. Nadie más resistió de primeras, pero el escalador del Astana, Miguel Ángel López, supo sufrir para acabar llegando.

Por detrás, De la Cruz y Rosón se agarraron como pudieron a la carrera en una persecución que ya no llegaría a buen puerto, pero que permitiría al primero amarrar la tercera plaza y al zamorano acabar quinto a apenas 1.18 de Landa y a medio minuto del cajón. En la pomada, como acostumbra esta temporada.

Estabilizada la carrera, la lucha se centró en la victoria de etapa. Tanto Landa como sus dos compañeros en el primer vagón de la etapa eran conscientes de que la General estaba decidida y el alavés nunca hizo ademán de buscar otra exhibición.

Así se llegó a la rampa final, una de las más duras de las Lagunas de Neila. Landa no se movió, quién sabe si por inapetencia o por carencia de fuerzas; Enric Mas, castigado por su esfuerzo previo, lo intentó, pero la carrera estaba de cara para Miguel Ángel López, que lanzó un ataque explosivo y letal. Nadie le cogió la rueda y la victoria cayó de su lado de forma clara.

A 35 segundos del colombiano entró Jaime Rosón, exhausto pero consciente de haber dado otro paso en su preparación para el gran reto que viene. El premio llegó en el podio con el reconocimiento al mejor ciclista castellano y leonés de la ronda.