El verano es época de fuegos artificiales, que generalmente ponen punto final a las fiestas. También en el planeta fútbol se viven jornadas en las que se prodigan tanto tracas como fuegos de artificio: contactos, negociaciones, declaraciones de amor a los colores de la nómina o besos en el escudo del día, twitters, instagrams, saludos en el túnel de vestuarios o presencias en el palco. No está claro si la novia de América es del Manchester United, de Messi y su camiseta o de Cristiano Ronaldo, pero la presencia de Julia Roberts es ese codiciado trendig topic, que solo cede protagonismo cuando Mourinho saluda efusivo y entrañable, como debe ser realmente el bueno de Jose en la intimidad, al también sonriente Ney. Bueno, sonriente a veces ¿verdad Semedo? El momento top, ese encuentro en plan colegas de Josep y Barack, ya saben Bartomeu y Obama, en un desenfadado ejercicio de campechanía estival.

Así van las cosas por los USA, convertidos a golpe de dólar en epicentro futbolístico. Falta que aparezca Villa capitaneando la escuadra imperial (este miércoles, 2 de agosto), o sea, el All Star de la MLS, para enfrentarse al Real Madrid en la que será la última cita en su gira estadounidense. La traca final, el acabose, el no va más de este verano de hacer caja y que les hagan fotos, y también el momento de que los blancos recojan sus maletas y vuelvan a España a afinar los violines para esa Supercopa de Europa que está a la vuelta de la esquina (8 de agosto) frente al Manchester United en Skopje (Macedonia).

Eso ya son palabras mayores y antesala del doble Clásico ante el Barça (13 y 16 de agosto) por la Supercopa de España. Ante el United parece que no va a estar Cristiano y se redoblan las dudas de la eficacia merengue sin el de Madeira. Si es así, ¿qué conejo sacará Zidane de su chistera?