El tenista burgalés Eduardo Granados es el nuevo campeón del Torneo del Club Náutico, que este año cumplía su vigésimo tercera edición y que contó con 18 tenistas de varias provincias luchando por el entorchado final.

Granados, que volvía a la pista del Club Náutico tras tres años sin hacerlo, completó un gran torneo deshaciéndose de todos los favoritos que le fueron tocando en su camino, hasta llevarse el título ante su compatriota Adrián Revilla en una final a la que se acercaron cerca de medio centenar de personas.

El partido comenzó muy marcado por el saque de Adrián Revilla, que dominaba su saque y hacía daño al resto, lo que le llevo a ir siempre por delante en el primer set antes de que los errores no forzados permitieran que Eduardo Granados creciera en su tenis para irse acercando al triunfo final.

Cuando Revilla acariciaba el primer set, Granados le rompió el servicio y llevó el primer parcial al "tie break" donde el burgalés fue muy superior, especialmente tras conseguir dos mini breaks que le permitieron tener tranquilidad para acabar apuntándose el tanteo.

Mientras Granados crecía en el partido, Revilla aumentaba el número de errores no forzados fallando voleas fáciles que le hicieron ir desapareciendo del partido. Pese a que los primeros puntos del segundo set estuvieron disputados, finalmente Revilla no pudo volver a concentrarse y acabó tirando el partido ante Granados, mucho más sólido durante todo el encuentro.

Eduardo Granados se hizo con el segundo set 6-1 y levantó el torneo en su vuelta a la pista zamorana después de tres años de Universidad en el que el burgalés incluso ha tenido que desplazarse a Estados Unidos para compatibilizar sus estudios de Administración y Dirección de Empresas con el tenis.

Granados, que fue superior en la final a Adrián Revilla, llegó tras una larga jornada de sábado en la que se deshizo de Sergio Gutiérrez, número dos del torneo, en semifinales; y tras ganar en cuartos de final a Alberto Rodríguez, otro de los grandes favoritos.

Por su parte, el subcampeón de la XXIII edición del Torneo del Club Náutico, mostró su calidad en el primer set y volvió a dejar saques de calidad como ya hiciera en las semifinales en las que batió al salmantino Óscar Martín, que comenzaba el torneo como el cabeza de serie número 1. Adrián Revilla también se había mostrado como una de las grandes raquetas de la pista zamorana al ganar en cuartos de final a Jesús Pardo, tercer cabeza de serie y que tuvo que abandonar el partido por lesión cuando Revilla mandaba 6-5.

El tenista burgalés compitió en la final con una tendinits en el codo que le tuvo que ser tratada antes de iniciar el partido y que, aunque le ocasionó molestias, no le impidió acabar levantando el trofeo de ganador del torneo.