Desde perspectivas un tanto alejadas es complicado saber con certeza si la marejada en torno a Cristiano Ronaldo ha remitido realmente, o es que ha mutado en mar de fondo. Lo cierto es que esa placidez de las aguas no fue rota ni por la irrupción de efectivos de la Agencia Tributaria en su yate. Pura rutina, se consignó en el cuaderno de bitácora. Con esa aparente tranquilidad del madeirense las cosas en el Madrid se han orientado definitivamente hacia el estilo zen que pone en práctica Zidane. Una sonrisa y ficho a Dani Ceballos (Betis) como alternancia de Modric y recambio de futuro, incorporo a Theo Hernández y Marcos Llorente (Alavés), Borja Mayoral (Wolfsburgo), Jesús Vallejo (Eintracht), repitiendo la operación y reforzando sucesivamente puestos tan importantes como el de Marcelo, Casemiro?

De igual modo, la puerta giratoria ha propiciado las salidas de James (tercer fichaje más caro en la historia del club), Danilo y Morata por unas cantidades más que aceptables. El resultado que se aprecia es un primer equipo muy similar al del pasado ejercicio, pero la que se ha dado en llamar segunda unidad está fuertemente reforzada, compensada y mejorada, y ya se sabe que con el calendario enloquecido del fútbol profesional esta es una buena estrategia si hay una mano sabia para mezclar con tino teóricos titulares y ansiosos suplentes.

Ahora la tormenta ha viajado a Barcelona, donde no cesan las plegarias para que Neymar vuelva a besar el escudo culé y proclame su amor a los colores blaugrana. Dicen los que dicen que saben, que el peligro llega no solo desde Paris (PSG) si no fundamentalmente por vía paterna, con unas comisiones mareantes que superan aquellos cuarenta de la llegada a la Ciudad Condal.

Ya apuntaba Santiago Bernabéu que el mayor peligro para los futbolistas eran sus propios padres.