El pasado 16 de agosto la Vuelta a Zamora se quedaba huérfana al perder a Mariano Quevedo, gran impulsor de la ronda zamorana en 1984 después de que la provincia viera como no se realizaba la prueba durante varios años. Desde que Mariano Quevedo se hiciera cargo de la Vuelta a Zamora, únicamente en 1996 dejó de celebrarse por falta de apoyos para llevarla a cabo.

Quevedo luchó durante años para que una prueba que había nacido a principios de siglo, a la par que la Vuelta a España, tuviera la continuidad necesaria para ser una vuelta referente en el calendario amateur, algo que, después de muchos años de pelea, se ha acabado logrando, manteniéndose pese a los años de vacas flacas como una ronda de cuatro días.

En palabras de Manuel Campesino, Mariano Quevedo era un luchador por lo que la organización de la Vuelta a Zamora ha visto claro que el Premio de la combatividad debería llevar su nombre y así el corredor más luchador de cada día lucirá este maillot, un acicate más para los dos ciclistas zamoranos que han crecido conociendo el trabajo de Mariano Quevedo.