Marcel Kittel (Quick-Step Floors) se impuso ayer en la séptima etapa del Tour de Francia, disputada entre Troyes y Nuits-Saint-Georges sobre 213,5 kilómetros, en un ajustadísimo final en el que ni la "foto finish" pareció dejar clara su victoria sobre Edvald Boasson Hagen (Dimension Data), mientras que no hubo cambios en una general que sigue liderando Chris Froome (Sky).

Hacía tiempo que no se veía en el Tour de Francia un final tan apretado en el que ni la precisa "foto finish" disipara las dudas de forma inapelable. Y es que Kittel sólo pudo celebrar su tercer triunfo parcial en esta ronda gala tras esperar al primer veredicto, pues en directo entró a la par del noruego, que se había ganado el mejor puesto en la aproximación.

Finalmente, el alemán vio confirmado su triunfo y, felicitado por sus compañeros, se confirma como el hombre a batir en los sprints en este Tour de Francia, y ya viste el maillot verde de la regularidad, después de demostrar ayer que puede ganar incluso sin tener la línea buena de llegada.

En esta ocasión, en un final de etapa recto o sin demasiado curveo, el Dimension Data realizó un gran trabajo para Boasson Hagen, un sprinter que a sus 30 años ha perdido cierta explosividad en llegadas tendidas pero que, sin su jefe de filas Mark Cavendish, intenta dar una alegría a su equipo.

Más allá del reñido pulso entre Kittel y Boasson Hagen, por detrás de ambos entraron Matthews (Sunweb), Kristoff (Katusha) y Degenkolb (Trek-Segafredo), este más cerca que nunca en lo que va de Tour del triunfo de etapa.

No se espera que estén tan cerca hoy, ya que la octava etapa partirá de Dole y llegará a la Station des Rousses tras 187,5 kilómetros de exigencia en los que regresa la montaña y, con ella, las opciones de fuga y protagonismo para los hombres fuertes que luchan por la general.