Con menos calor del habitual y un viento algo desapacible para disfrutar completamente de la diversión que propone la prueba, Zamora volvió ayer a teñirse de todos los colores en una nueva edición de la Powerfull Color Race. Una carrera en la que lo importante no es llegar el primero a la meta, sino disfrutar del recorrido que va de la salida hasta la meta en compañía de amigos y familiares, viendo como se enfrentan y superan los diferentes obstáculos e imaginativas postas que se encuentran en el camino.

De nuevo, la cita de San Pedro con la diversión cromática volvió a reunir a cientos y cientos de personas en el Parking de la Ciudad Deportiva para tomar la salida de una de las experiencias lúdicas más originales que existen. Las peñas de las fiestas, familias, deportistas y curiosos se dejaron de nuevo llevar por el planteamiento que propone la prueba, dispuesta a hacer aflorar la parte más divertida del deporte mediante barreras, agua, espuma y escenarios de lo más variopinto. Una mezcolanza de superación y entretenimiento en la que todos los participantes aspiran a llegar teñidos de color, mojados y alegres al punto de partida. Y es que, ninguna de las más de 2.000 personas que tomaron ayer la salida aspiraba a más que resbalar con gracia por las lonas, dar grandes saltos en los hinchables o, simplemente, empaparse mientras avanzaba por un recorrido de relativa exigencia. Asequible para todos los públicos pero capaz de obligar a todos los que quisieron cubrir a toda velocidad el circuito a mostrar cierta capacidad física y bastante energía.

La bajada de temperaturas y el fuerte viento que imperó a lo largo del día en la capital no amedrentaron a los cientos de deportistas inscritos en esta edición de la Powerfull Color Race. Una participación compuesta, en su gran mayoría, por jóvenes con ganas de probar su destreza y pasar un buen rato.

La cita dio comienzo a las 18.00 horas, cuando los valientes dispuestos a mojarse en una tarde poco veraniega comenzaron a reunirse en el punto de partida. Un grupo cada vez más amplio de personas que alcanzó su número máximo cerca de media hora después, momento en el que estaba previsto el inicio de la carrera. Un comienzo que se retrasó aún media hora más, pese a que ni hacía tanto calor como otros años ni parecía que el número de participantes en esta edición fuera superior al del último San Pedro. Así, cerca de las 19.00 horas, tras recibir los primeros baños de color en el Parking de la Ciudad Deportiva, se dio el pistoletazo de salida.

Con impaciencia, todos los deportistas salieron rápidamente en busca de los primeros obstáculos. Una celeridad inicial que permitió combatir el frío viento antes de los primeros chapuzones y dificultades a las que se enfrentaron ayer los zamoranos. Momentos estos con los que comenzaron las risas y los "selfies", dando paso a un caminar más lento por parte de una participación dispuesta a lucir el máximo número de colores sobre sus vestimentas y su piel una vez ya metida en faena.

El recorrido, por la orilla del Duero, fue el habitual. Algunas de las novedades causaron muy grata impresión y, por fortuna, el cañón de espuma se encontraba en un punto en el que el fuerte viento no tenía incidencia. Además, los clásicos de la prueba siguieron despertando la misma diversión que la primera vez, lo que hizo que todos los participantes llegaran de nuevo al Parking de la Ciudad Deportiva más que satisfechos.

Un punto final en el que, al igual que antes de iniciarse la prueba, volvió a sonar la música para gozo de todos aquellos que volvieron a buscar en la Powerfull Color Race una excusa en la que divertirse practicando deporte, buscando en el colorido y los singulares obstáculos celebrar a lo grande San Pedro dentro de un espectáculo cromático sin par.