Son las siete y media de la tarde del miércoles en Los Pelambres. Hace un día espléndido y la playa está concurrida. El calor, no obstante, no es tan intenso como para provocar que varios zamoranos se zambullan en el Río Duero y naden unos cuantos cientos de metros. Una escena curiosa que, sin embargo, resulta de lo más normal para sus protagonistas pues son integrantes del CD Triatlón Duero y, para ellos, es primordial darse un chapuzón antes de la disputa del IV "Ciudad de Zamora". Una cita para la que se llevan preparando mucho tiempo, un camino que culminará este sábado cuando tomen la salida.

"Hoy estamos en la playa y nadamos para comprobar la profundidad del agua porque, de año en año, varía un poco y es un factor importante. Además, aprovechamos para poder tomar las distancias y dar a conocer como afrontarla el día de la competición a los nuevos integrantes del club, poco acostumbrados a nadar en aguas abiertas y poco cristalinas", relata un Álvaro Hernández más centrado en controlar el material necesario para organizar la cita y no volverse "completamente loco" antes de la gran cita del triatlón en Zamora.

La cuarta edición de la prueba será la que más participación congregue pero no es algo que sorprenda en Triatlón Duero. "Cuando comenzamos no pensábamos que creceríamos tan rápido pese a ser el objetivo a largo plazo", confiesa Hernández sobre la que es la segunda competición más grande de triatlón de Castilla y León en su modalidad, tan demandada que "las plazas se agotaron en menos de 24 horas y, tras ampliar a treinta más, tardó otro día en completarse el cupo". Un éxito que desde el club piensan que podría estar motivado por "correr por la playa, disfrutando del entorno y con el público cerca animando, además de contar con una buena organización y un precio razonable".

Pronto, quizá para la quinta edición, el "Ciudad de Zamora" podría contar con muchos más deportistas. Y es que, el triatlón cada día cuenta con más aficionados. Principalmente porque promueve la salud y la relación con el entorno, ofreciendo la satisfacción de quien supera un duro reto personal realizando turismo.

"No sabemos por qué es tan popular hoy en día pero muchos se acercan a este deporte para probarlo", asevera Álvaro Hernández, apuntando a "la posibilidad de practicarlo muchos años" como otro de los motivos. "Un futbolista que ha jugado a cierto nivel acaba con muchas lesiones y llega a los treinta años con dolores cada vez que va a jugar un partido. Aquí no, puedes tener 40 0 60 años y seguir practicando este deporte. Al fin y al cabo, reúne tres disciplinas que todos hemos hecho mucho a lo largo de nuestras vidas y resulta interesante probar si eres capaz de hacer las tres seguidas", razona.

El relato de Hernández cobra sentido cuando sus compañeros salen del agua. Empapados, se disponen a seguir entrenando. Se calzan las zapatillas o toman sus bicicletas para intentar llegar en buena forma mañana a la salida. Porque para ellos, esa es la primera gran meta.

Desde fuera, los componentes de Triatlón Duero parecen muy bien entrenados y su deporte se antoja exigente. Un mito que Hernández no duda en tirar abajo al preguntar como es el día a día del triatleta zamorano y si cualquiera puede afrontarlo.

"Todo depende de la modalidad. En la sprint, la del "Ciudad de Zamora", sin haber practicado deporte pero estando en buena forma física cualquiera que se prepare durante cuatro o cinco meses estaría preparado para hacer una marca de mitad de tabla", explica el triatleta antes de echar cálculos y cifrar en "cinco o siete horas a la semana" el tiempo que podría ser suficiente para entrenar, aunque "en otras distancias o con ganar como objetivo, habría que prepararse durante unas veinte".

Sin duda, el tiempo para preparar la cita es importante, y eso limita claramente los objetivos. "No somos profesionales. Todos tenemos trabajo y tratamos de compatibilizarlo con los entrenamientos, aunque a veces resulta difícil", comenta Álvaro Hernández antes de entrar en detalles sobre los entresijos de la preparación de un triatlón. Un deporte completo y al alcance de casi todos.

"Un día normal de entrenamiento lo dedicas a trabajar en un sector. Un día bici, otro carrera, otro natación... A veces tienes oportunidad de "doblar" y, por la mañana, haces una cosa y, por la tarde, otra teniendo en cuenta trabajar en una sesión el tren inferior y, en la otra, el superior", detalla, añadiendo: "Lo importante es empezar cogiendo una base para, teniendo algunos aspectos controlados, ir avanzando. Una vez manejas el estilo de la natación, la técnica de carrera o la seguridad en bici, puedes ir mejorando la velocidad para mejorar tus marcas".

El buen tiempo permite a los deportistas de Triatlón Duero probar cada disciplina en Los Pelambres para disfrute de todos los que el miércoles se acercaron a pasear por la orilla del Río Duero pero no siempre es así. El invierno condiciona la práctica de esta disciplina aunque, a diferencia de lo que uno podría pensar, no tiene porque ser el segmento de natación el más difícil de entrenar pasado el otoño. "El sector de natación parece el más complicado porque en Zamora la salida es pequeña y hay mucha gente, como al paso por la primera boya. Lo importante es coger tu sitio pero no es tan duro como pueda parecer. A mucha gente le cuesta porque no tiene la técnica pero, a otros como a mí, lo que se nos atraganta es la carrera", indica Hernández, prosiguiendo: "La natación, además, se puede practicar en piscina durante los meses más fríos; no así el tramo ciclista, por ejemplo, que es duro de preparar durante esa época del año".

Lo que parece claro es que, tras mucho esfuerzo, los componentes de Triatlón Duero van a completar el recorrido que separa su primer entrenamiento del año de la salida en el IV "Ciudad de Zamora" que organizan porque se ven resueltos a la hora de entrenar. Eso sí, sin emplearse al mismo ritmo del que lo harán mañana cuando arranque la carrera. El momento para el que han dedicado tanto trabajo.

"Es especial y, una vez dentro, cuenta tanto el esfuerzo físico como mental. Tener ganas y concienciarte de que puedes hacerlo puede suponer el 20% de la prueba, pues aunque la adrenalina te embargue en cada cambio de sector, al poco estás deseando acabarlo y puede hacerse eterno", cuenta Álvaro Hernández sobre lo que es un triatlón desde dentro. Un deporte en el que Zamora aún tiene pasos que dar.

"La siguiente meta tiene que ser crear cantera. Enseñar este deporte a los niños y motivarlos para que, algún día, pueda haber un zamorano en la élite de este deporte", detalla Hernández como el próximo objetivo del Triatlón Duero, asegurando que "ya hay pruebas adaptadas para niños, con el tramo de natación en piscina y circuitos cerrados de bici" como principio necesario de unas categorías inferiores destinadas a sustentar este deporte. Una disciplina que crece cada día, como quedó claro en la calurosa tarde del miércoles, y en la que cruzar la línea de meta es fruto del esfuerzo diario, siendo el premio la satisfacción que supone tomar la salida.