A la entrada de Balborraz, casi al pie del Ayuntamiento viejo, vive una pareja de argentinos que está a punto de embarcarse en el "kilombo" de una nueva mudanza. Ley de vida para el deportista profesional. Leo Maciel (Buenos Aires, 1989) y su novia Pía dejan libre el peculiar espacio en el que han compartido vida durante la última temporada, un lugar antiguo, pero bien remozado y en una zona privilegiada de Zamora. En resumen, muy bohemio, acorde con la personalidad de sus inquilinos. Aqui, nunca falta el mate, abundan las plantas y se puede disfrutar de los cuadros que ellos mismos pintan en sus ratos libres. Todo se moverá a partir de ahora. Primero, a su país; después, a Cuenca, donde el arquero iniciará una nueva experiencia en Liga Asobal y dejará atrás, en su memoria y en la de quienes lo vieron jugar, dos años que le han convertido en un icono deportivo para los aficionados al balonmano en la capital:

-¿Pinta desde hace mucho?

-Mi hermana siempre dibujaba y por ahí me interesó. Después, cuando me fui a vivir solo, empecé a pintar en mis ratos libres. Aprendí sin clases, aunque me habría gustado tomarlas, y me preocupé por saber de la abstracción, de las vanguardias y de la literatura que hay sobre el tema.

-¿Invierte mucho tiempo en ello?

Siempre tengo uno o varios cuadros pendientes. No lo hago a diario, pero después me cuesta ponerme solo un rato. Me siento y puedo estar cuatro, cinco o seis horas.

-Hay quien dice que Balborraz, la calle donde vive, puede ser una de las zonas más inspiradoras de la ciudad.

-Estoy enamorado de esta calle. Cuando estuvimos escogiendo pisos, miramos otros dos o tres, pero conociéndonos estaba claro que nos quedaríamos con este. Puede tener algunos problemas, como el frío en invierno y así, pero vivir aquí reconforta.

-¿Qué se lleva de la ciudad, más allá del balonmano?

-Es un lugar muy lindo. El río es muy especial y también me gustan las vistas desde el castillo. Es muy armónico y está todo como medio congelado en el tiempo. Seguro que hay gente que lo toma como algo malo y lo entiendo, pero es muy bonito estéticamente y siempre te encuentras con personajes pintorescos, muy vinculados a la ciudad.

-¿Le ayudó a sentir menos desapego el hecho de tener aquí a su pareja y más argentinos en el equipo?

-Que viniera ella este año me cambió la vida. Luego están Mou y Fafa y el año pasado Javi Grande. En general, me vino bien estar en contacto con todos los latinos, también con los chilenos. Fue importante para mí porque además, a veces, soy muy melancólico.

-Siendo así, ¿qué sintió en su despedida del Ángel Nieto?

-Fue muy lindo. Creo que la gente disfrutó de un partido que fue bastante tranquilo y se les vio celebrar mucho mis paradas y también los goles de Carlos. Luego me dedicaron palabras muy bonitas, me pidieron fotos... Antes ya lo sabes, pero es difícil pensar que ya no vas a jugar más aquí.

-En general, ¿qué valoración hace de su paso por Zamora?

-Es muy positiva. En lo personal y en el desarrollo deportivo. Siento que conseguí hacerme un lugar importante en el equipo y siempre sentí el cariño, el apoyo y el aliento de los hinchas. Pienso que no es algo solamente mío, sino que todo el equipo percibió ese acompañamiento día a día que es muy de la gente, de vecinos.

-En este periodo, ha tenido varias presencias con Argentina y también alguna decepción, como quedarse fuera del Mundial. ¿Siente que esta etapa le ha servido para hacerse un hueco mayor en el equipo nacional?

-Lo veo como un camino largo. Nunca me he sentido ni fuera ni dentro. Veo la selección como un lugar de privilegio por el que hay que pelear y todo lo que he hecho en mi carrera deportiva ha sido con miras a la selección. El principal motivo de los esfuerzos es poder representar a Argentina.

-Antes de pensar en el futuro, la fase de ascenso. ¿Cómo ve las opciones del equipo?

-Sabemos que este año no hay un súper equipo como el Atlético Valladolid o incluso Bidasoa el año pasado. Vamos a jugar un torneo especial, en el que vale mucho el momento. Palma del Río tiene la ventaja de ser local, pero cuenta la ilusión, el punto en el que llegues y dejar la vida. Tenemos que jugar con la cabeza fría y el corazón caliente.

-¿Cree que tienen una ventaja en la semifinal por la experiencia del año pasado que no acumula Torrelavega?

-Quizá, ellos tienen el beneficio de la ilusión y nosotros la experiencia. Seguro que están muy centrados en el primer partido y con ganas de hacerlo bien y ganarnos.

-¿Ve bien al equipo tras la decepción de la derrota en casa ante Palma del Río que les privó de organizar la fase?

-Ha sido importante trabajar sobre la confianza de cada uno individualmente. Es cierto que fue jodida la derrota, pero nos ayudó a bajar la presión y a ponernos en el lugar de dar la sorpresa, que es algo que nos gusta.

-Y, tras la fase, un nuevo reto. ¿Supondrá un crecimiento en su carrera?

-El cambio es por un tema puramente deportivo. A mí me habría gustado jugar en Asobal con el Balonmano Zamora, pero no se pudo dar. En el deporte profesional tienes que firmar con antelación y desgraciadamente no puedes esperar a que acabe la temporada y luego valorar. Aun así, estoy convencido de la decisión. Voy a jugar en Asobal y es un sueño. Me llega en un momento maduro de mi carrera y quiero ir más arriba. Mi intención es darlo todo.

-Antes de marcharse a Cuenca para hacer la pretemporada, volverá a Argentina. ¿Qué es lo primero que hará?

-Ir a mi casa y ver a mis amigos, mi familia y mi perra. Vivo en un sitio un poco especial, con amigos míos, la novia de uno de ellos... Siempre que vuelvo viene más gente a casa, nos juntamos y comemos. En realidad, es como la casa del pueblo; siempre hay reunión.