Más de tres mil personas se dieron cita a última hora de la tarde de ayer en la iglesia de María Auxiliadora para rendir el último homenaje a los tres montañeros muertos el pasado sábado en los Picos de Europa: Fernando Casquero, Rubén González y Daniel Camarzana. La ciudad de Zamora vivió una jornada de dolor y solidaridad desde que, a medio día, los tres féretros llegaron a la ciudad procedentes de Santander y se abrió la capilla ardiente por la que pasó también una multitud de amigos, familiares y representantes de todos los ámbitos de la sociedad zamorana para mostrar su pésame a las familias que se desdoblaron con una enorme entereza para atender y dar las gracias por todas las atenciones que recibieron desde que se produjo la desaparición en el Espolón Jistu de los que son ya héroes del deporte zamorano.

El funeral conjunto fue oficiado por el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, quien conocía personalmente a Fernando Casquero, y se mostró visiblemente emocionado durante la ceremonia y en especial en su sentida homilía en la que destacó los valores del deporte de la montaña y la calidad humana de los escaladores "que ya han alcanzado lo más alto y están con Dios en el Cielo". Al funeral asistieron las primeras autoridades zamoranas y especialmente emotiva fue la entrada en el templo de María Auxiliadora de los tres féretros que fueron portados a hombros por familiares, amigos, montañeros y piragüistas. El público asistente dedicó una cerrada ovación a los montañeros, una ovación que se repetiría a la salida de la iglesia que se llenó completamente pese a ser una de las más grandes de la ciudad.

En Cantabria, las principales autoridades autónomas, encabezadas por el propio presidente Revilla, estuvieron en todo momento con los familiares de los montañeros fallecidos, sin embargo, ayer en Zamora se echó de menos a los máximos responsables deportivos y políticos, tanto de la Junta de Castilla y León, como de la propia Federación Española de Deportes de Montaña.

Los cadáveres de los tres montañeros zamoranos fallecidos el pasado sábado en Picos de Europa llegaron pasado el mediodía de ayer, a la capital. El presidente de la Agrupación Montañera Zamorana, José Tomás Santiago, que ha ejercido estos días como portavoz de las familias, recordó que los actos conjuntos se realizan "de común acuerdo" de las familias, al que llegaron rápidamente "pues no dudaron en hacerlo de otra forma".

Decidieron que "si habían estado juntos en lo bueno, continuarán juntos en lo malo, en el proceso del sepelio. Juntos estarán para todo", agregó.Por la capilla ardiente pasaron desde los primeros instantes las autoridades zamoranas y toda la familia de los deportes practicados por los fallecidos, especialmente montañeros, piragüistas y un grupo de ciclistas que escoltó a los féretros en la lonja de la iglesia de María Auxiliadora que se llenó prácticamente de zamoranos para despedir a Casquero, González y Camarzana. El integrante de la Agrupación Montañera Zamorana Luis Vicente Pastor recordó que hace ahora tres décadas, ya se produjo otro accidente en el que fallecieron dos jóvenes de la Montañera Zamorana, también en Picos de Europa, y aseguró que los tres que murieron el pasado sábado, tenían "una cualificación, una preparación y un conocimiento extraordinarios", por lo que no hubo ningún tipo de "irresponsabilidad" sino un accidente en el que "se han juntado sin duda varias cosas a la vez".

También reconoció el "enorme trabajo" de los grupos de rescate e intervención de montaña de la Guardia Civil, que "se han jugado la vida" para rescatar los cadáveres de los montañeros zamoranos en el Espolón de Jisu. En representación de los GREIM acudió al funeral el teniente coronel de la Comandancia de Zamora quien mostró su pésame a los familiares poco antes de que los ataudes fueran portados a hombros hasta el altar mayor de la iglesia. El féretro que portaba los restos de Rubén González fue cubierto con el pendón de la Cofradía Jesús del Vía Crucis. Entre los presentes estuvieron también la presidenta de la Junta pro Semana Santa, Isabel García Prieto; la presidenta de la Diputación Provincial, Mayte Martín Pozo; y el delegado territorial de la Junta, Alberto Castro.

El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán destacó en su homilía que "esta eucaristía está rodeada de mucha solidaridad. Siempre la desgracia aflora lo mejor de nosotros mismos, lo más humano para darnos a los demás. Y aquí ha habido solidaridad de Zamora, de Cantabria y de todos los lugares de España".

El prelado zamorano se refirió en primer lugar a Fernando Casquero, "al que estoy enormemente agradecido por la atención que me prestó en el Hospital. Deseo resaltar su servicialidad, su compromiso, su dedicación, su entrega y su cariño" y deseó "que Dios le tenga más arriba de las cimas de las montañas, en el Cielo".

Respecto a los dos más jóvenes montañeros, Martínez Sacristán resaltó que "dedicasen los fines de semana al deporte de la escalada, una actividad que no atesora más que valores, grandes valores. Quienes están dedicados a estas cosas son siempre grandes personas, grandes personas que rinden a la sociedad todo lo que pueden". Y tuvo palabras de recuerdo para los compañeros de Daniel y Rubén en la Escuela de Arte, a los que aconsejó "pedir por ellos y por vosotros mismos. Nunca retiréis a Dios de vuestra vida" y a los familiares les deseó que "en estos momentos difíciles, que Dios os llene de esperanza y de paz. Los tres fueron y murieron juntos, y los tres juntos estarán con Dios para siempre".