El CD Villaralbo dio ayer una nueva muestra de que se ha convertido en un conjunto que deambula sin rumbo ni concierto por la Tercera División tan sólo a la espera de que finalice la temporada en la que descenderá a Preferente, y ayer encajó una nueva goleada frente a un rival que se mostró mucho más motivado y que, además, estuvo arropado por numerosos aficionados.

El Atlético Tordesillas llegó a Villaralbo con muchas ganas y, de hecho, desde los primeros instantes se hizo el dueño del balón y comenzó a presionar sobre la portería defendida ayer por Angel aunque tardó en encontrar el acierto en el remate. De hecho, la ocasión más clara en los primeros minutos la protagonizó el Villaralbo con una internada por la derecha que Raúl no acertó a rematar.

El equipo vallisoletano sin embargo mantuvo su presión sobre el marco contrario pero Angel se mostró muy seguro en todo momento. Hasta que Mato recibía el balón que había perdido el Villaralbo en una mano no señalada por el árbitro, y su envío lo aprovechaba Adalia para marcar sin dejar caer el balón el primer gol.

El Villaralbo ya no tuvo capacidad de reacción y diez minutos más tarde era otro ex del equipo azulón, Villa, el que se internaba por su izquierda para que Rubo aprovechase su "pase de la muerte" consiguiendo el segundo gol visitante.

Sin margen para la reacción zamorana, el Tordesillas siguió intentándolo con una pared entre Mato y Adalia, con disparo del primero que atrapó con seguridad Angel. Fue tan solo el aviso del que sería el tercer gol que llegaba ya en el minuto 45 en otra intrervención de Villa, esta vez con pase a Mato que se plantaba ante el portero y le batía con uno de sus toques de gran calidad.

El equipo zamorano intentó recortar distancias ya en el tiempo de prolongación con un centro chut de Regui que repelió el larguero.

Todo podía empeorar y así fue nada más iniciarse la segunda parte, cuando Villa volvía a coger la espalda a la defensa del Villaralbo, para plantarse ante el portero y batirle con habilidad firmando el cuarto gol de la tarde.

El cuarto gol supuso el final del partido porque a partir de ese momento, ambos entrenadores comenzaron a mover el banquillo para dar minutos a sus hombres menos habituales, y el Tordesillas bajó también algo la guardia ante el claro resultado aunque continuó creando varias ocasiones de gol.