El Aquimisa Queso Zamorano vivió ayer una jornada redonda para sus intereses y es que por primera vez en toda la temporada salió de los puestos de descenso y ahora mismo depende de sí mismo para mantener la categoría. Esta situación de privilegio se ha hecho posible gracias a dos factores: por un lado el haber cosechado un nuevo triunfo, el cuarto consecutivo, frente a Tarragona 2017, y, por otro, a la derrota de un rival directo por la salvación, Hospitalet, que perdió en su casa frente a Valladolid (54-56). Ahora el equipo de Saulo Hernández afronta un final de competición con un panorama muy distinto al de hace solo un mes y es que tienen en su mano el continuar en LEB Plata aunque, eso sí, saben que no será nada fácil.

En cuanto al encuentro que disputaron ayer ante Tarragona 2017 volvió a resolverse en un final de verdadero infarto (84-79), algo a lo que el CB Zamora ya ha acostumbrado a su afición. La realidad es que el primer parcial fue absolutamente espectacular. Los de Saulo Hernández salieron totalmente enchufados a la cancha y sorprendieron a sus rivales con un parcial de inicio de 8-0. Los de Saulo Hernández gustaron y se gustaron sobre la cacha con canastas imposibles, seriedad defensiva y acierto en el rebote, lo que les permitió llegar a estar 19 arriba (31-12), a pesar de las intentonas de los visitantes que trataban de centrar su juego en los tiros de tres.

Sin embargo el equipo zamorano no pudo mantener el fuerte ritmo durante mucho más tiempo y Tarragona comenzó su particular remontada en el marcador. Los visitantes, también necesitados, empezaron a recortar distancias y aunque el Aquimisa trató de aguantar el envite a los jugadores, a pesar de las rotaciones, se les veía menos frescos. Ese hecho, sumado a un aumento de acierto de los catalanes, les llevó a alcanzar el descanso tan solo 6 arriba (50-44).

Este guión se mantuvo en el tercer tramo y los rivales fueron remontando poco a poco, hasta conseguir, incluso, ponerse por primera vez por delante (68-69), por lo que todo se iba a decidir en unos últimos diez minutos que se presentaban intensos.

Con el 68-69 que reflejaba el electrónico parecía claro que se iba a vivir un encuentro nuevo de diez minutos que no comenzó bien para los locales que a las primeras de cambio se vieron siete abajo (69-76). Un tiempo muerto de Saulo pareció alentar a los suyos que tiraron de casta y pusieron, de nuevo, el equilibrio (79-79). Fue en ese momento, tras casi tres minutos sin anotar, cuando las figuras de Sangone y Hansen emergieron: el primero con una canasta que dio algo de oxígeno y el segundo recuperando el acierto en los tiros libres (una asignatura que ayer quedó pendiente) para poner el definitivo resultado de 85-79.

Ahora quedan dos jornadas de competición en las que el equipo tratará de conservar esta ventaja. La próxima parada será en Navarra ante un rival que aún lucha por clasificarse para el play-off, mientras que la temporada acabará en quince días en el Ángel Nieto ante Albacete que depende de lo que suceda en siete días podría estar ya descendido o, por el contrario, con opciones de permanencia.