No fue el de ayer un buen día para el entrenador del Ulsa Valladolid, Paco García. El técnico con ascendentes zamoranos perdió los nervios y la compostura durante algunos momentos de la segunda parte y si primero protagonizaba una agria bronca hacia Dieng mandándolo literalmente "a casa", luego también la tomaba con Astilleros que hacía lo que podía con el hombro vendado tras sufrir una dura caída. El "cabreo" monumental del experimentado técnico culminó cuando, a falta de cuatro minutos para el final, pedía un tiempo muerto para poner sobre la cancha ya hasta el final del partido a un quinteto integrado por los jugadores "de la casa" de que dispone, dejando en el banquillo a todos los foráneos.

Con estas palabras explicaba García lo ocurrido: "Si estando tensionado hacemos lo que hacemos, imagínate lo que ocurriría si me relajo. Las estadísticas hablan por sí solas. Solo hay que ver los números que hacen los jugadores y ver las decepciones. No hace falta ni dar nombres para que nadie pueda decir que acuso directamente. Las estadísticas hablan por si solas". Continúo felicitando al Aquimisa por la victoria y reconoció que "somos un equipo que, cuando defiende bien, ataca bien pero si defendemos mal, atacamos muy mal. Nos hemos ido parando en ataque y también en defensa, con lo que hemos dado demasiadas facilidades. Hay formas y formas de perder y nosotros hoy no hemos perdido de buena manera. No me gustan algunos modos de mi equipo: patadas a las sillas, cabreos, etc. Cuando se pierde hay que ponerse a entrenar e intentar meter alguna de esas seis o siete que se fallaron", explicó.