Manuel López-Sueiras

El Aquimisa Queso Zamorano no está dispuesto a regalar la plaza que tanto está disfrutando su afición en la Liga LEB y ayer demostró q ue tiene capacidad para ganar a cualquier rival, aunque este sea el primer equipo de Valladolid contra el que nunca -ni siquiera cuando se trataba del Forum- había jugado en Zamora.

Fue un partido a carra de perro, con una gran emoción en el que pudo pasar de todo pero finalmente, la suerte y el acierto de que carecieron los zamoranos en otras ocasiones, ayer se les puso de cara para firmar una victoria brillantísima que quedará en las vitrinas del CB Zamora pase lo que pase al final de la temporada.

El encuentro tenía un indudable atractivo y si la semana pasada el rival había sido el primer equipo de León, ayer lo era el de Valladolid, que llegaba dispuesto a afianzarse en puestos de play off pese a contar con un par de bajas por lesión.

Todo se complicó enormemente para los de Saulo Hernández cuando perdían de 18 puntos poco antes del descanso, pero este Aquimisa Queso Zamorano tiene una gran arma en su tiro exterior que, en un día acertado, le permite plantar cara al rival más pintado, como terminaría ayer por ocurrir y no sólo los zamoranos consiguieron darle la vuelta al marcador, sino incluso terminar ganando el partido con una cómoda ventaja en el marcador final.

Entró muy concentrado en el partido el Usla y en dos acciones precisas se ponía por delante en el marcador con 0-4, aunque pronto recibió la réplica de Willy Kody que equilibró la contienda de forma inmediata para dar entrada un periodo del partido muy equilibrado con empates sucesivos a 8 y 10. El pucelano Wade decidió que tenía que convertirse en el protagonista sobre la pista y de su acierto nació la reacción del Ciudad de Valladolid que, en un abrir y cerrar de ojos, y aprovechando unos momentos de descontrol defensivo del Aquimisa, se escapó hasta un preocupante 14-26 con que se cerraba el primer cuarto.

Hubo reacción zamorana y llegó en un primer momento de la mano de Chris Hansen con un triple de los suyos y Redpath se apuntaba al festival triplista con otra canasta para poner un 20-28 que volvía a meter en el partido a los de Saulo Hernández. Nuevo arreón pucelano y el marcador que se abría otra vez y un triple de Wade ponía el 22-40 en el minuto 16, la máxima ventaja que llegó a disponer el Valladolid.

Pero el CB Zamora no estaba dispuesto a entregar su derrota tan pronto: Kody firmaba un "2+1" y el Usla se quedaba sin anotar durante tres minutos. Los zamoranos defendían entonces en zona mientras Kody seguía haciendo daño bajo el tablero y Hansen desde la línea de triples. Asi, el partido, con un magnífico ambiente en la grada entre la afición zamorana y un buen grupo de seguidores pucelanos, se iba al descanso con un equilibrado 34-42.

El encuentro se reanudó con una clara consigna: sacar la artillería del perímetro exterior zamorano. Primero fue Will Perry con dos triples, uno de ellos culminando un contragolpe y en un abrir y cerrar de ojos, el marcador se ponía en 42-44 cuando Paco García pedía un tiempo muerto que no sirvió para nada porque entonces comenzó la exhibición de Chris Hansen delante del que fue el gran triplista en la historia del CB Zamora, Mike Hanse, que contemplaba la remontada zamorana atónito desde la granda. El Aquimisa tomó la delantera por un solo punto, y el británico Graham-Bell replicaba con una jugada de tres puntos, instantes antes de que sufriera un esguince de tobillo que le obligó a jugar lesionado y claramente mermado a partir de entonces. Sendos triples de Rodrigo de la Fuente y Alberto García parecían volver a poner las cosas en su sitio para los vallisoletanos con 45-53, pero Hansen mantuvo su acierto mientras Paco García se enzarzaba en una agria discusión con Dieng en el banquillo y el partido volvía a equilibrarse con 58-58 tras una personal antideportiva de juzgado de guardia de Wade.

El último cuarto comenzó igualado pero un nuevo triple, de Perry culminando un contragolpe, destacó ligeramente al Aquimida que, apoyado en un gran Asanin que se convirtió en el dueño de la zona pucelana, hizo que todo cambiara y que la ventaja zamorana ya no parara de crecer hasta el final. Paco García, desquiciado con varios de sus jugadores, decidió finalmente jugar los cuatro últimos minutos con cinco jugadores "de la casa".