"No quiero decir tonterías". Fue la respuesta de Zinedine Zidane a la última pregunta sobre James Rodríguez, el único nombre que invoca un gesto de fastidio en el idílico paisaje actual del Madrid. Seguramente que Zidane no quiere hablar más de James porque ya lo ha dicho todo. Con palabras y con hechos. El técnico le ha dado las oportunidades suficientes al colombiano para que los interrogatorios se dirijan al jugador.

A James le ocurre lo mismo que a Messi, pero al revés. Mientras que la selección colombiana gira alrededor suyo, el Madrid vive para la BBC. Y cuando no está alguno de los integrantes del tridente, o ninguno como el sábado, James sigue siendo uno más. Casi siempre por detrás de Isco, que ha aprovechado mejor sus oportunidades, especialmente cuando Zidane ha dispuesto un 4-2-3-1, el que mejor se adapta a mediapuntas como ellos.

Todo esto en lo futbolístico. Porque en el "caso James" también hay otros aspectos a tener en cuenta. Mientras que otros jugadores de la segunda unidad, como Nacho, Lucas Vázquez, Kovacic y Morata se han rebelado contra su situación, James ha bajado los brazos más de una vez. Nunca ha ejercido el papel de revulsivo saliendo desde el banquillo y ha puesto mala cara cuando él ha sido el sustituido.

Al final, lo que más pesa con James es su precio. Un jugador por el que se pagaron 80 millones de euros debería ser titular indiscutible, o casi. Así fue en su primera temporada en el Madrid, en la que recordó al futbolista que había deslumbrado en el Mundial de Brasil. A partir de ese momento solo transmitió malas sensaciones. A veces por mala suerte, como sus frecuentes lesiones; otras por desconfianza del entrenador, en el caso de Benítez, y en esta última etapa fundamentalmente por su falta de carácter para rebelarse contra su destino.

No merece la pena seguir preguntándole a Zidane. Suena a sincero cuando dice que no quiere que James se vaya. Ningún entrenador mantiene en su plantilla a un jugador de esa categoría por capricho. Así que la respuesta a este misterio solo la tiene una persona: James.