El Vilken Mañanes encajó ayer una derrota que duele por inmerecida ya que el equipo atacó, defendió, jugó y también perdonó. Resultado más que engañoso el de la Rosaleda entre Atlético Benavente y el Universidad de Valladolid, donde solo la falta de acierto cara a gol y los postes impedían una victoria clara de los de Santi Calero, que en esta ocasión el equipo jugó bien, mejor que su rival, pero perdonó ocasiones claras que les costaría el partido. Parece que los equipos rivales tiene muy bien estudiado a los benaventanos, que les saben aguantar en el inicio para en la primera oportunidad en una muy buena contra ponerse por delante en el marcador.

La reacción fue casi inmediata y Ángel en una jugada personal mandó un potente disparo cruzado por la izquierda que pone las tablas en el marcador.

Por momentos el partido se convertía en un intercambio de golpes en una y otra puerta, pero sin acierto por los blanquiazules y gracias a Tomy y sus paradas se mantenía el equilibrio en el partido.

Antes del descanso llegó el segundo gol visitante que fue muy protestado al entender los locales que el jugador del Universidad se había llevando el balón con la mano y gracias a esta circunstancia se plantó solo ante Tomy que nada puede hacer.

Los minutos finales del segundo periodo fueron para el Vilken Mañanes, que una y otra vez hizo trabajar en defensa a su rival y el portero Víctor que salió en la segunda parte y no tuvo un momento de descanso.

Pero el gol no llegaba pese a llevar todo el peso los locales y las ocasiones se repetían una y otra repartiendo oportunidades para todos los jugadores locales. Hasta que Kiko se inventó una preciosa jugada se fue de tres rivales y pasó a Chuso que definió a la perfección.

Antes de que llegara el tercero para los locales en apenas dos minutos Chuso tuvo otra oportunidad clarísima pero el portero sacó una mano prodigiosa cuando el esférico se colaba por la escuadra.

Este es un deporte para listos y así lo fueron Chuso en el saque de una falta, al ejecutarle muy rápido, y Charlie muy atento mandó el balón al fondo de la red. La remontada parecía que se podía fraguar.

A falta de de cinco minutos el UVA salió con portero jugador y gracias a dos rechaces con fortuna logró remontar el encuentro ante la desilusión de todos los aficionados que querian ver la primera victoria de su equipo. Al final en solo tres minutos todo el trabajo se fue al traste, la suerte estaba del lado visitante pues la mayoría de los rechaces o rebotes a los largo del partido fueron suyos, esto sumado a la falta de acierto local hizo que los tres puntos viajasen a Pucela.