Cuando el presentador del sorteo abrió la bola de color azul y pronunció el nombre del Real Madrid, una vez que hubiera hecho lo propio con anterioridad con el de la Cultural Leonesa, se desbordó la locura en la sala de prensa del estadio "Reino de León", donde plantilla y cuerpo técnico seguían el sorteo. Alguna lágrima de emoción, voces y saltos incontenibles no pudieron reprimirse por unos jugadores que, salvo contadas excepciones, no han vivido lo que se les avecina tras este emparejamiento histórico para la entidad culturalista. Al grito de "Sí, Sí, Sí, nos vamos a Madrid", la plantilla y su técnico se fundían en una piña y todo eran felicitaciones y caras de alegría, incluso con algún que otro manteo inesperado. Los jugadores no paraban de repetir a quien se les acercaba que les había tocado el "gordo", también cuando escuchaban en la retransmisión televisiva que habían seguido en un silencio sepulcral al palabras del Director General Felipe Llamazares en las que decía que esta eliminatoria "colocará a la Cultural y su marca en el mundo".