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Los que le seguimos desde hace años, sabíamos que Jaime Rosón lleva dentro un gran ciclista que podrá con el tiempo optar a los mejores triunfos, pero no podíamos imaginarnos que su adaptación al campo profesional iba a ser tan espectacular, consiguiendo su primera victoria, en la Vuelta a Turquía, luchando por la general en Castilla y León, y destacando en un pelotón plagado de estrellas en la Vuelta a España que terminó de forma brillante. Es para estar satisfechos y para convencerse de que su futuro seguirá siendo triunfal.

-En líneas generales, ¿está contento con su primera temporada completa en profesionales o podría haber hecho algo más?

-Ha sido mi primer año y no tengo que tener remordimientos de nada. Tal vez me haya quedado la espina clavada de la etapa de la Vuelta a Castilla y León que no pude ganar porque me alcanzaron muy cerca de meta. Por lo demás creo que ha sido una buena temporada y es para estar contento.

-¿Acusó demasiado el ser novato?

-En algunas carreras sí, como en la Vuelta a España que no sabía cómo me iba a reaccionar el cuerpo y muchos días he levantado el pie. No es porque fuera mal, sino porque tenía que ahorrar fuerzas para el día siguiente, y al día siguiente me volvía a pasar lo mismo. Hubo muchos días que guardé mucho aunque al final creo que hice una buena Vuelta.

-¿Se le hizo muy larga la temporada?

-Focalicé la primera parte en el mes de abril para la Vuelta a Castilla y León y Vuelta a Turquía y lo hice lo mejor que pude. En Castilla y León, quinto y a punto de ganar una etapa, y en Turquía gané la etapa reina y quedé octavo aunque pude ganar la general. Por lances de la carrera, me quedé cortado en un abanico porque yo todavía no tengo fuerza para rodar a 70 por el llano y me quedé cortado. El año que viene intentaré tener más fuerza.

-¿Cómo le acogió el grupo humano del equipo?

-Bien, porque ya nos conocíamos del año anterior, somos españoles casi todos y no había problema con el idioma. Ellos me han intentado cuidar lo máximo posible y creo que fue una buena acogida en el equipo.

-¿Ha tenido que trabajar mucho para los compañeros?

-Tiene que ser así. Aunque he dado muestras de calidad, era mi primer año y tenía que trabajar. He hecho lo que he podido en carrera, he tirado cuando se me ha pedido y he entrado en las escapadas cuando he podido. Igual algún día podía haber hecho más pero no lo sé.

-Parte del éxito de este debut puede estar en la preparación de la temporada, en cómo llegó al comienzo de la competición, ¿hubo una preparación especial?

-Este año me lo tomé con tranquilidad, sobre todo en la primera parte de la temporada. Empecé tranquilo, ni hice series en Zamora hasta que no llegué a la concentración en enero y por eso me costó un poco más de lo debido. Iba con buenas sensaciones, pero al final, cuando había que apretar, no tenía esa fuerza porque no la había entrenado en casa. Pero todo iba enfocado a estar en abril a tope y así ha sido. Este año cambiaremos la preparación, voy a intentar empezar más fuerte y en el mes de marzo intentar hacer ya unas buenas carreras del World Tour: Tirreno, País Vasco o Cataluña.

-La selección de su calendario fue buena este año que termina.

-Al principio me dieron caña, llegué a correr más de 20 días en un mes, todas las carreras que había. Lo bueno fue que corrí las buenas, las que quería yo. Es para estar contento el haber corrido lo que he corrido. Al final ya luego pedí yo un poco más de calma en mayo para recuperar porque se me estaba haciendo un poco largo y para intentar preparar la Vuelta a España y hacer una buena segunda parte del año.

-Ya en la Vuelta a Castilla y León se dejó ver.

-Mi cuerpo empezó a cambiar a partir de la Tirreno-Adriático donde estaban ya los mejores corredores del mundo, fue un cambio brutal porque ya era otro ritmo, ocho días a ritmo World Tour y ya me vi que podía estar con los mejores en todas las etapas, que podía estar adelante y que podía ir a Castilla y León a disputarla. Tenía que descansar un poco y prepararla a conciencia. Así fue. Al final, Valverde es Valverde, y me quitó la victoria a falta de 400 metros para la meta.

-Y todo cristalizó en la Vuelta a Turquía.

-Sí, por fin gané una etapa y estoy muy contento de haberlo conseguido. Era una etapa que me marqué desde enero, ya le dije a los entrenadores que quería ir a Turquía, y estudié muchísimos vídeos. La subida final donde gané la habría visto doscientas o trescientas veces antes de ir a correr. No era una obsesión, pero sí quería conocer cada curva y saber en el momento justo donde tenía que atacar como así lo hice. Lo tenía todo muy planificado y salió bien la cosa.

-Un momento importante de la temporada también fue la concentración en Andorra, ¿a qué se dedicó durante ese tiempo?

-Estuve 25 días concentrado a 2.200 metros de altitud. Ya lo hice el año pasado antes de ir a Colorado y me fue bien. Allí lo que haces es entrenar, cuidarte y dormir para recuperar lo que puedas. Los entrenamientos estaban organizados en bloques de tres días y uno de descanso con series largas de fuerza y luego un día de fondo de seis horas y media cada tres días con mucha montaña. Todo de forma progresiva.

-Baja de Andorra y se prueba en el País Vasco.

-Primero corrí la clásica de San Sebastián en la que me escapé pero tuve un problema en el piramidal que se me cargó muchísimo y al día siguiente en Getxo no pude hacer ni 40 kilómetros. Por suerte me desbloquearon la cadera, me dieron masajes, y los primeros días en la Vuelta a Burgos iba muy mal, pero mejoré y me di cuenta que estaba bien de forma, no estaba a tope todavía y terminé el catorce en la general.

-En la etapa de Neila le vimos delante otra vez.

-Lo pasé mal en la primera subida y reventé porque no estoy acostumbrado a ritmos tan rápidos, y en la subida final hice lo que pude porque eran ya muchos kilómetros. Es lo que tengo que hacer, coger experiencia, velocidad en las piernas cuando se pone la cosa dura, y eso es lo que he intentado hacer este año.

-Al final, consigue la que era su gran ilusión de la temporada, correr la Vuelta a España. ¿Por qué cree que le seleccionaron finalmente para la ronda española?

-Era lo que quería desde el principio del año aunque fuera mi primera temporada. No sé por qué me eligieron. Yo creo que hice una buena temporada en la que, cuando dije que iba a estar a tope, lo estuve y lo hice bien. Los directores sabían que podía responder y saben que esto es para el futuro y que el año que viene puedo hacerlo mejor y no cometer errores como este año.

-El principal problema que surge la primera vez que corres una gran vuelta es cómo dosificar los esfuerzos. ¿Cómo se lo planteó usted?

-Iba día a día. Cogía una escapada y luego tenías que descansar un par de días por lo menos. Luego lo volvía a intentar, pero este año han estado muy caras las escapadas porque, si éramos 21 equipos, 18 estábamos a las fugas. Por la tele no se veía pero la primera hora y media era increible, eran 70 kilómetros a tope todos los equipos buscando cortes que se alcanzaban y se volvían a formar. En las dos o tres primeras etapas se cogían bien, pero a medida que iba llegando la dureza era supercomplicado.

-Y termina la temporada hace solo unos días en Italia, me imagino ya sin fuerzas.

-En casa no me notaba muy allá, las piernas iban rápido aunque no me notaba fuerza, pero en Italia me encontré bien. Lo malo es que el primer día intenté atacar al final, hice un mal gesto y me he hecho una rotura en el abductor. No hay problema porque ahora puedo recuperar tranquilamente.

-¿Cuánto tiempo de descanso se tomará ahora?

-Para recuperar la lesión, mínimo unos quince días, y después haré natación, andar por la montaña, otros deportes, y daré algún paseo en bici pero hasta entrado noviembre no empezaré a darle caña.

-¿Le queda alguna espina clavada de esta temporada, algo que hubiera querido cumplir y no lograra?

-No lo sé. Tal vez la victoria en la etapa de Castilla y León porque la vi tan cerca que incluso me eché a llorar de rabia al cruzar la meta. En Turquía, haber ganado la genera hubiera sido muy importante para el futuro, pero no pasa nada.

-Le queda un año de contrato en Caja Rural, ¿cambiarán las cosas ahora con más experiencia?

-Espero tener más peso en el equipo como me lo dieron en Castilla y León y respondí bien. Pardilla va a tener un claro protagonismo, pero luego estaremos otros. Mucha gente deja el equipo, cinco o seis, porque esto es un ciclo. Han hecho buenos resultados y se van a equipos grandes. Es el ciclo que quiero seguir: estar un año o dos más en el Caja Rural RGA y, si hay suerte, luego poder optar a mejores carreras y a mejores equipos.