Nairo Quintana (Movistar) dispone de una renta que le permite afrontar como claro favorito la recta final de la Vuelta a España, pero el colombiano no se fía de sus rivales y mira de reojo a Froome, Chaves y Contador, adversarios que quemarán sus naves en una semana que ofrece opciones de sorpresa. Últimos días que el zamorano Jaime Rosón afronta con ilusión, cerca de conseguir su meta que no es otra que la de llegar a Madrid y con posibilidades aún de poder adjudicarse una etapa en algunos de los tramos que quedan por recorrer.

Quintana sonríe optimista vestido de rojo ante la posibilidad de alcanzar su segundo gran triunfo. Se encuentra a tres asaltos de lograrlo y tiene un colchón de 3.37 minutos que debe ser suficiente. Correrá a la defensiva en las duras jornadas de Mas de la Costa y Aitana y en la crono de Calpe tratará de no dilapidar su suculenta renta.

Pero Quintana no se fía ni un pelo de sus tres rivales inmediatos, que a su vez lucharán por dos puestos en el podio en un pañuelo de 25 segundos. El ciclista boyacense espera la reacción de Froome, que se niega a tirar la toalla y se agarra a su potencial contra el crono.

También espera el líder de Movistar alguna maniobra kamikaze de Alberto Contador, como aquella de Fuente Dé en 2012 cuando destronó a Purito Rodríguez ó la reciente de Formigal que hundió a Froome.

Ambas hazañas las ha vivido en carrera Quintana y por eso no se atreve a cantar victoria. Sabe que con el madrileño en ruta, y además herido en su orgullo, el peligro es una realidad.

Más irregular se ha mostrado el colombiano Chaves (Orica), otra víctima del "contadorazo" pirenaico, pero "El Chavito" gastará sus cartuchos en las duras rampas de Mas de la Costa y Aitana. La roja le queda lejos, pero tiene el segundo escalón a 20 segundos y supera solo en 5 segundos a Contador.

La carrera llega con alicientes a su tramo final, como deseaba la organización de la Vuelta en el punto de partida en Orense. A partir de ahora no caben medias tintas. Quintana sacará el escudo desde hoy para repeler las flechas que le van a llover por todos los lados porque, desde luego, queda terreno para emboscadas.

Para empezar, hoy, final en el Camins de Penyaglosa. Un ascenso de 4 kilómetros con pendiente media del 12,3 por ciento y rampas del 21. Después del descanso se abren las posibilidades de sorpresa.Tregua el jueves con una etapa entre Requena y Gandía y, después, la traca definitiva. Contrarreloj individual de 37 kilómetros donde Froome tenía pensado decidir la Vuelta a su favor y, el sábado, último examen de montaña con final en el Alto de Aitana.

Sin duda, etapas que dan opción al espectáculo en cabeza de carrera pero también posibilidades de victoria a los corredores más distanciados de ella. Ciclistas como Jaime Rosón, cerca de terminar por primera vez esta Vuelta a España y que cuenta con potencial para ser el hombre del día en cualquiera de las etapas restantes.